Los papás de las siamesas Fiorella y Yurelia Rocha Arias tendrán que esperar hasta finales de octubre para saber si será posible separar o no a sus hijas.
Las bebés cumplirán mañana un año de vida. Nacieron unidas por el abdomen y comparten el hígado y una válvula del corazón.
Según manifestó la mamá de las pequeñas, María Elizabeth Arias, será en octubre cuando los médicos del hospital Cedars-Sinaí, de Los Ángeles, Estados Unidos, les informen oficialmente sobre los resultados de los exámenes que se le practicaron a las chiquitas durante los últimos tres meses.
Cumpleaños. Yurelia y Fiorella regresaron al país el viernes anterior después de permanecer en ese hospital de Los Ángeles, California, desde el 25 de mayo.
“Me vine sin una respuesta. No me quisieron adelantar nada porque dicen que la decisión la deben tomar varios médicos”, declaró ayer Arias.
A las niñas, dijo, se les hicieron varias resonancias magnéticas, tomografías axiales, placas, ultrasonidos del corazón y exámenes de sangre.
El examen más rudo fue uno por medio del cual les revisaron el corazón. Tuvieron que estar bajo anestesia durante 12 horas.
Durante el tiempo que estuvieron allá, las niñas aprendieron a sentarse solas, les empezaron a salir sus primeros dientes y ya balbucean algunas palabras.
Viajaron con ayuda de la Fundación Mending Kids International, que financió el viaje, la valoración médica y la estancia de las menores y su mamá en ese país.
Aunque, en general, su estado de salud es bueno, la madre contó que a Fiorella se le complicó el problema de reflujo gástrico (se le devuelve la comida) y a Yurelia los médicos la encontraron el corazón muy débil.
“El primer año de vida es un milagro. Nosotros estamos muy ilusionados. Queremos celebrar con una piñata de Winnie the Poh, pero no tenemos con qué comprársela”, dijo la mamá.