El ministro del Interior chileno, José Miguel Insulza, declaró ayer que los jefes policiales y Gobierno costarricense manejaron correctamente la crisis en la embajada de su país en San José.
“El individuo (Orlando Jiménez) mató al comienzo. Luego, fue un trabajo paciente de las autoridades para salvar la vida de los otros retenidos”, declaró a La Nación desde su habitación en el hotel Radisson, San José.
Dijo que él y el embajador de Chile, Guillermo Yunge, siempre fueron informados de los acontecimientos por parte de los ministros, Rogelio Ramos (Seguridad) y Ricardo Toledo (Presidencia).
El ministro chileno agregó que las autoridades policiales ticas tomaron las previsiones de acuerdo con la circunstancia particular que rodeó el caso.
Tampoco cuestionó que Orlando Jiménez portara un M-16 (fusil de alta velocidad fabricado en Estados Unidos y que dispara balas una a una o en ráfaga) con el cual mató a los tres funcionarios chilenos.
“Las armas las deciden las fuerzas de seguridad de cada Gobierno”, declaró.
Insulza llegó el lunes al país para participar en la conferencia “La inserción en la economía mundial y la negociación de acuerdos comerciales como instrumento de desarrollo económico”, organizada por el Ministerio de Comercio Exterior.
Debía irse ayer hacia México, pero pospuso su salida para hoy.
Sobre el hecho que llevó a Jiménez a matar a los tres trabajadores de la Embajada, el Ministro dijo estar informado de que fue por la molestia del policía con la solicitud que hizo uno de los diplomáticos al Ministerio de Seguridad para que fuera trasladado a otro sitio.
Expresó desconocer la existencia de roces o de algún disgusto entre Jiménez y el cuerpo diplomático chileno.
Insulza agregó que el incidente, para nada, enturbia las relaciones diplomáticas entre Costa Rica y Chile. “Nada de eso”.