El equipo de negociadores que atendió la crisis en la Embajada de Chile nunca logró establecer contacto con el policía Orlando Jiménez Jiménez.
Los expertos que estuvieron en el lugar desde las 4:15 p. m. del martes recibieron como primer dato que dentro del edificio había un policía que disparó seis veces, que estaba herido porque uno de las primeros en llegar lo observó cuando caminaba ensangrentado, con el arma colgando de su cuello.
Oficiales a cargo del operativo dijeron que desconocían a qué le había disparado ni dónde estaba el secuestrador.
Poco después establecieron contacto telefónico con una persona dentro de la sede quien les informó que en una habitación había cinco personas, pero que el policía les había disparado al llavín de la puerta.
En ese momento se desconocía la suerte de las cinco personas más.
Al observar que las cortinas se movían y había alguien cerca, una oficial del OIJ, con la ayuda de un megáfono, inició el contacto. “¿Desea algo en particular? ¿Desea que lo llamemos a algún teléfono?”, le preguntó, pero no hubo respuesta.
Empero, los movimientos cerca de las cortinas siguieron. Un oficial dijo que en ese instante se cuestionaban si esa era una táctica para emboscarlos y luego seguir disparando.
A las 9:30 p. m., después de verificar que las cortinas no se movían desde hacía 10 minutos, con la ayuda técnica determinaron que el policía era quien estaba cerca de ellas.
En ese momento, con el aval del embajador de Chile y tras verificar que no había riesgo para cinco retenidos, la Policía ingresó al edificio.