Ciudad Quesada, San Carlos. Indignado: así reaccionó el obispo de la diócesis local, Ángel Sancasimiro, en relación con las medidas de seguridad dispuestas ayer aquí con motivo de la visita del presidente Óscar Arias.
El prelado calificó como una medida “excesiva” que el Ministerio de Seguridad Pública cerrara 200 metros de vías aledañas a la catedral y el salón parroquial, donde se efectuó la sesión del Consejo de Gobierno.
Fue al canciller, Bruno Stagno, al primer representante del Gobierno a quien le reclamó la disposición y además porque 150 policías fueron asignados para velar por el cumplimiento de la seguridad.
“Esto no puede ser. Se les ha sido la mano. En más de 40 años que tengo de vivir en Costa Rica nunca había visto tal despliegue policial”.
Stagno se limitó a oír a Sancasimiro, pero segundos después la jefa de prensa de Casa Presidencial Mishelle Mitchell, expresó al prelado: “Monseñor, lo veo muy enojado. ¡No se enoje!”.
Sancasimiro siguió protestando en presencia del viceministro de Seguridad Pública, Rafael Gutiérrez, y del director regional de la Fuerza Pública, César Esquivel.
“Ayer (el lunes) celebramos el centenario del natalicio de don Pepe Figueres. Si hoy él lograra salir de la tumba, se vuelve a morir por lo que está pasando aquí”.
Sancasimiro amenazó con no oficiar la misa si los organizadores no eliminaban una de las barreras metálicas colocadas para restringir el paso de ciudadanos. Al final lo complacieron.
El ministro de Seguridad, Fernando Berrocal, defendió las medidas con el argumento de que un grupo de adversarios al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos están siguiendo a Arias por el todo el país.
En Ciudad Quesada, decenas de opositores al TLC realizaron manifestaciones, como lo han hecho en otras actividades públicas de Arias en el Parque Nacional (San José) y en Cartago, donde incluso hubo enfrentamientos entre Policía y manifestantes.