Pese a que la Iglesia católica reconoce que los jóvenes inician su vida sexual a temprana edad, el obispo José Francisco Ulloa, líder de la Comisión de Pastoral Familiar, insiste en una formación que eduque para vivir la virginidad hasta el matrimonio.
“Hay que tratar de educar a los jóvenes sobre cuál es el valor del sexo y de que si llegan vírgenes, va a ser un elemento favorable en su matrimonio”, dijo el obispo.
Monseñor Ulloa criticó que los jóvenes se rodean de una cultura del sexo que “pone precio al cuerpo y a la dignidad, donde se busca el placer por el placer”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional Sexual y Reproductiva (2010), de una muestra representativa de 2.500 jóvenes, el 67,9% de los hombres y el 51,4% de las mujeres tiene relaciones sexuales antes de cumplir los 18 años.
La primera relación sexual ocurrió, para casi toda la población de 15 a 44 años, antes de los 24 años (96,3% de los hombres y 93,4% de las mujeres).
Mientras tanto, el panorama demográfico que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) señala que, al 2012, un dato que llama la atención es la postergación de la edad para casarse por primera vez.
En el año 1992, la edad promedio de la mujer fue de 24,5 años, mientras que en el 2012, la edad promedio fue de 30 años. En el caso de los hombres, la edad promedio del primer matrimonio aumentó de 27 años a 33,5 años.
“La juventud no quiere compromiso. Ve el matrimonio como una hipoteca de su futuro. Hay que crear en ellos una espiritualidad; trabajar mediante pastorales”, dijo monseñor Ulloa.
El obispo mencionó que en su más reciente viaje a la Jornada Mundial de la Juventud, en Brasil, conoció a un grupo de jóvenes ticos que están seguros de mantener su virginidad hasta el matrimonio y por eso llevan un anillo de madera como señal de este compromiso.
Sin protección. Para la Iglesia católica, el uso de métodos anticonceptivos tampoco es negociable dentro de los cambios.
“Más allá del asunto moral, tiene que ver con un asunto de salud. Siempre se busca el bienestar de las personas y los métodos anticonceptivos afectan la salud de la mujer”, dijo el obispo Ulloa.
Respecto a las guías sobre orientación sexual que publicó el Ministerio de Educación Pública (MEP), monseñor reconoció que representan el divorcio entre la política y la doctrina.
“La orientación de esas guías es contraria a la que la Iglesia quiere. No es la educación que buscamos para los jóvenes”, dijo Ulloa.