El presidente Abel Pacheco visitó ayer en Puerto Viejo de Sarapiquí varios pueblos golpeados por las inundaciones, pero cuando iba para Matina, en Limón, suspendió el viaje al enterarse de que un grupo de taxistas bloqueaba la carretera.
"Lo que faltaba por recorrer no ameritaba un enfrentamiento que hubiese agregado angustia al dolor ya provocado por las inundaciones", justificó el Mandatario, quien de niño vivió en Matina.
La gira de Pacheco tuvo como fin inspeccionar la tragedia que vive la zona tras las inundaciones que causaron pérdidas materiales calculadas, inicialmente, entre ¢7.000 y ¢9.000 millones.
En el salón comunal de La Guaria, decenas de niños entendían poco lo que hablaba don Abel de la necesidad del plan fiscal para contar con dinero. Ellos lo que escuchaban era a sus padres clamando por ayuda para volver a levantar sus casas en Naranjal.
La promesa de atender los casos llegó y detrás de las palabras del Presidente un equipo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) levantaba una lista.
En camino
"La plata saldrá de todo lado, para eso declaramos emergencia", respondió Pacheco al consultarle la forma en que se financiarán los gastos.
Recordó que la Ley de emergencias faculta a las instituciones públicas para trasladar a la Comisión recursos de sus presupuestos para que esta pueda canalizarlos.
Pero, dijo, ojalá esta emergencia toque el corazón de los ricos que no quieren tributar como ricos y de quienes los defienden.
A pocos metros, el siguiente destino: un albergue establecido en la escuela del lugar en donde la situación no fue diferente.
En esos albergues la gente se veía cansada y con pocos ánimos para levantarse a saludar al Presidente, lo que querían era respuestas a su angustia.
"La respuesta ya está siendo brindada en términos de reubicación temporal de las personas, suministros de alimentos, agua y medicinas. De inmediato se procederá a la segunda fase que es la rehabilitación de la infraestructura dañada, que incluye viviendas, escuelas, centros de salud, puentes, carreteras", explicó Pacheco.
De allí el Mandatario fue a ver las ruinas del puente Mortero, el que comunicaba a Sarapiquí con Pedernales, Mortero y otras fincas que ahora están aisladas.
En ese punto, el Mandatario enfatizó que lo más importante tras la tragedia será lograr soluciones permanentes y habló de reubicación de poblaciones de las zonas bajas y la protección de las áreas en las márgenes de ríos.
Son proyectos elaborados que ya cuentan con apoyo financiero y que irán al período de sesiones extraordinarias del Congreso.
Puente de Nazareth: última parada antes del regreso a San José. "Yo ya había cumplido con los objetivos básicos de mi gira. Estuve con mi gente; dándoles mi apoyo, escuchando sus angustias, conociendo de primera mano el impacto del desastre, asegurándome la acción de las instituciones públicas", señaló el Presidente.