"Al contemplar la inmensa labor del esfuerzo humano durante el siglo que termina, llénase el espíritu de asombro ante la obra prodigiosa de la ciencia; mas si se aparta la vista (&...;) veremos flotar multitud de problemas sociales de gran trascendencia".
Quien escribió estas palabras no se refería a las computadoras, ni a los transplantes de órganos, menos aún a la Internet, como parte de esos avances científicos. Nada de ello existía en la Costa Rica de 1900.
Sin embargo, el entonces presidente Rafael Iglesias Castro plasmó en su mensaje de despedida al siglo XIX inquietudes que hoy continúan vigentes.
La carta a sus conciudadanos fue publicada en el diario oficial La Gaceta. Los restantes diarios de la época, La Prensa Libre, El Heraldo de Costa Rica, La República y El Tiempo, también reseñaron el acontecimiento.
La fecha del verdadero cambio generó --al igual que ocurrió con el presente siglo-- cierta confusión, pero la mayoría de los periódicos optaron por conmemorarlo a finales del año 1900.
"Se pone ya el siglo XX; se halla ya en sus últimos pataleos y estertores, y nos alarga la mano huesosa y encrispada del eterno adiós", escribió el director de El Tiempo, Tacio Castro, el viernes 28 de diciembre de 1900.
En el editorial de La República se publicó: "La perdurable lucha de los hombres acompaña en sus postrimerías al año que muere, como acompaña en sus albores al que va a nacer. Esa lucha vio empezar el siglo y todo hace pensar que le verá acabar".
Más pesimista resultó El Heraldo de Costa Rica: "Detenidos en el límite de lo sabido, mirando con tristeza lo que atrás dejamos, recelosos por una experiencia que ha disipado ilusiones, no nos es posible sustraernos a la influencia de los hechos consumados y esa influencia nos hace temer y sospechar de si será el siglo XX, el continuador de desgracias".
A pesar de las ominosas predicciones, los habitantes de San José se lanzaron a las calles con sus mejores galas para celebrar el nuevo siglo.
Según se consignó en El Tiempo, los parques fueron adornados con faroles "esplendorosos" y varias bandas tocaron en las calles durante la noche del 31 de diciembre. La Prensa Libre informó sobre la exhibición de más de 40 animales y aves de "virtuosos colores" y, por supuesto, mencionó las corridas de toros.
"Los toros muy buenos por mansos, no hubo desgracias que lamentar; el alumbrado espléndido, la Calle de las Damas era un verdadero emporio de luz, y las retretas fue lo que más gustó", relató un periodista el 3 de enero de 1901.
Vida cotidiana
Además de varios artículos sobre Cristóbal Colón, los medios dedicaron esos días amplios espacios a las noticias nacionales e internacionales.
Un importante cargamento de café de la Compañía General Transatlántica Francesa; el viaje inaugural de Anclas de Vapor para exportar bananos, y la propagación de la imprenta fueron algunos de los temas destacados.
En el campo social abundaron las crónicas: "Anuncian matrimonio de Tomás Fernández y de la señora Rosa Pacheco; él es un joven aficionado a su trabajo e inteligente, y ella, buena y bella. Ambos son jóvenes, y los jóvenes son benditos del cielo", publicó El Heraldo de Costa Rica.
Dichas crónicas también incluían relatos sobre bailes, cumpleaños y actividades de fin de año ("El profesor Montandón fue con muchas de sus simpáticas discípulas a dar un paseo por La Sabana"), así como críticas de teatro.
¿Los productos de moda al terminar el siglo XIX? Las píldoras purgantes del doctor Guillé, las capas para teatro, las curaciones para "desarreglos del menstruo y demás afecciones propias de la mujer", y las bicicletas para niños.
En los diarios, tampoco faltaba la incipiente publicidad: "Todo cuanto necesita un caballero de distinción y una dama de copete, ahí está en los mostradores de la famosa Tienda Típica".
Y para aquellos que veían con angustia el cambio de siglo: "Cuando sientas desconsuelo o te aburras por demás, ve a la cantina Modelo de Ramoncillo Tomás".