Limón. Los exportadores estiman que las pérdidas sufridas debido al tortuguismo que aplican los trabajadores de Japdeva en los muelles de este puerto ascienden ya a $10 millones.
Sergio Navas, vicepresidente de la Cámara de Exportadores (Cadexco), aseguró ayer que ese sector se ha visto muy afectado, principalmente por la lentitud con que opera el muelle Alemán.
En esa terminal un trailero espera hasta 10 horas para que los funcionarios de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) descarguen la mercadería.
Mientras tanto, en el muelle de Moín el movimiento es mucho más rápido pues el ingreso de furgones es controlado por la Fuerza Pública y la estiba está a cargo de empresas privadas.
Navas detalló que los pequeños y medianos exportadores de frutas son los más afectados por el tortuguismo pues, al no tener cámaras de refrigeración, sus productos se están descomponiendo.
Pasan los días. El tortuguismo cumplió ayer nueve días. Con esa actitud el sindicato de empleados de Japdeva (Sintrajap) procura forzar al Gobierno a comprometerse por escrito a desistir de su plan de dar los muelles en concesión.
En un principio el sindicato exigía el pago de ¢470 millones en beneficios laborales incluidos en la convención colectiva de Japdeva. Sin embargo, los dirigentes gremiales cambiaron sus pretensiones luego de que la administración Arias prometiera pagarles con el superávit de la institución.
Debido a esto, el Gobierno ordenó a la Fuerza Pública tomar el control de los puertos. Desde entonces el diálogo entre ambas partes ha estado ausente.
Ayer fracasó un intento del ministro de Trabajo, Francisco Morales, de conversar en su despacho, en San José, con líderes sindicales.
Ronaldo Blear, secretario general de Sintrajap, alegó que el Gobierno debe ir a Limón.
Blear agregó que el sindicato denunció al Estado costarricense ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por querer reprimir las libertades sindicales.
Para hoy Sintrajap convocó a todas las fuerzas vivas de la provincia a una cita a las 10 a. m., con el fin de exponerles la situación del movimiento y definir posibles acciones para los próximos días.
Diálogo. Líderes de diferentes grupos religiosos limonenses pidieron ayer al Gobierno y a Sintrajap agotar la vía del diálogo.
“Lo primero que pensamos es en huelga y esto no es la solución. Muchas de las cosas que recibimos para Limón es por presión y no debe ser así”, dijo el reverendo Lorenzo Allen, rector de la Iglesia Anglicana de Limón.
Allen sostuvo que la mayor parte de los pobladores no apoyan la concesión del puerto y que el Gobierno no ha dado suficiente información sobre esa iniciativa.
Heinsley Johnson, pastor de la Iglesia Metodista, consideró justas las demandas de los trabajadores de Japdeva.
Opinó que el Gobierno busca la solución “más fácil” para los problemas de Limón. “Se debe buscar una salida creativa y que involucre a la gente”, dijo.
José Rafael Quirós, obispo de Limón, abogó por el diálogo. “Es la respuesta. Entendida, claro, como una donde las partes sean verdaderos interlocutores”.