El candidato presidencial liberacionista, Óscar Arias Sánchez, aseguró que no desmayará en su afán de ver aprobado el plan fiscal que se tramita en la Asamblea Legislativa.
Según Arias, la reforma fiscal es la única alternativa para dotar al Estado de ingresos suficientes, los cuales serían invertidos en infraestructura y en el fortalecimiento de servicios básicos como educación, salud y seguridad ciudadana.
Pero, ¿si no se logra aprobar? Ante la consulta, el aspirante verdiblanco reconoció que no cuenta con un plan alternativo por si la iniciativa fiscal fracasa.
"Se va a aprobar (el plan fiscal). Una alternativa no la tengo, tendría que buscarla, lo haríamos cuando nombremos al ministro de Hacienda", declaró.
Sin embargo, el exgobernante aseguró que ve posible la votación de la propuesta en lo que resta de labor de la Asamblea Legislativa (de febrero a abril).
El plan fiscal ocupa el primer lugar en la agenda del plenario del Congreso. Todavía está pendiente el trámite de 150 mociones y la discusión de fondo, durante la que cada legislador dispone de 20 minutos para referirse al texto.
Con el proyecto, este gobierno pretende recaudar al año ¢185.000 millones para solventar el déficit público, que en el presupuesto del 2005 se estimaba en ¢300.000 millones (2,8% del PIB)
No obstante, las cifras fiscales dadas a conocer ayer por las autoridades de Hacienda ubican ese indicador en unos ¢195.000 millones (2,1% del PIB).
La reforma fiscal generaliza un gravamen a la prestación de servicios y al consumo de bienes, aunque reconoce exenciones y tasas preferenciales, mediante un impuesto al valor agregado (IVA), cuya tarifa será de un 13%.
También, grava la totalidad de ingresos de las personas físicas y jurídicas, sin importar su fuente de origen (renta global) e impone cargas a algunas rentas extraterritoriales (renta mundial).
Óscar Arias descartó subir el 13% del impuesto de ventas (o su sustituto de valor agregado) en un eventual gobierno suyo.
"Es muy difícil, porque sería muy regresivo", dijo.