Una coraza de concreto y acero otorgará al puente apodado como el de la platina más resistencia a grandes sismos y al peso del tránsito en los próximos 75 años.
Al menos esa es la promesa de los ingenieros contratados por el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) para la nueva reparación de este puente, localizado en la autopista General Cañas, que comunica San José con Alajuela.
Los trabajos se dividirán en dos etapas. La primera será reforzar las bases y la subestructura que comprenden las pilas y los bastiones. La otra mejorará la capacidad de carga vehicular al reforzar la superestructura: la armadura, vigas y losas del paso.
Las pilas y bastiones del puente de 52 años se recubrirán con concreto reforzado, el cual ampliará su resistencia sísmica. Actualmente, cada pila tiene un ancho de 1,22 metros y con las obras, aseguran los ingenieros, pasarán a 2,22 metros.
Carlos Fernández, el ingeniero que dibujó los planos, explicó que esta estructura no fue diseñada originalmente para soportar sismos y, por eso, los pilotes son delgados.
“El puente no ha fallado, pero sí se ha fatigado y se dañó, pues no se concibió para soportar grandes temblores”, dijo Fernández.
Dichas pilas, que forman los cimientos del puente, están sepultadas a unos cinco metros. Las cuadrillas tendrán que desenterrarlas para colocar una especie de formaleta que permita engrosarlos con concreto reforzado.
Las tres placas de las pilas serán luego unidas en una sola plancha en el suelo rocoso, para aumentar la estabilidad de todo el armazón.
Además, los bastiones que hoy forman tres columnas en los extremos del puente se rellenarán de concreto para crear un solo muro.
Por último, se ampliarán las mesetas, el punto donde se apoya la estructura de metal sobre las pilas de concreto. Si tiembla (y fuerte), este arreglo prevendrá un desplazamiento del puente y, así, su caída.
Todas esas obras en la base del puente consumirán un año completo, declaró Mario Loría, jefe del Departamento de Puentes del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT). La inversión en las mejoras asciende a $8,5 millones.
“El problema serio que tenía este puente era su vulnerabilidad sísmica. La falla de la rejilla era como una carie en un diente que debajo tenía cáncer ”, dijo Fernández.
Cambio de rejilla. El segundo objetivo de las obras es aumentar la capacidad de carga del puente, hoy de solo 24 toneladas de carga viva (peso de camiones).
El plan es crecer a 47, colocando una tercera cercha debajo de los carriles. La cercha es la estructura de soporte del concreto.
Este es el trabajo más arduo y lento, pues primero se debe construir un piso debajo del puente para que los obreros trabajen seguros.
Las dos cerchas que existen hoy soportan solo 80% de carga, tienen un déficit de 20% y, con la tercera , pasarían a soportar 120%.
El último trabajo que se hará es quitar la infame rejilla. Esas estructuras serán sustituidas por losas de concreto pretensado.
Esta labor consumirá el último mes de obras y obligará a regular el paso de los conductores, que verán otra vez alterada su rutina.
Pedro Castro, ministro del MOPT, aseguró que las obras podrían iniciarse el otro mes si no aparecen apelaciones a la adjudicación hecha a la empresa Codocsa, que hará el trabajo.