La reacción inmediata al atentado terrorista en Estados Unidos no se hizo esperar ayer aquí.
El cierre de las vías aledañas a la Embajada de esa nación, ubicada en Pavas, fue la medida más evidente.
Sin embargo, en la capital varios estadounidenses con quienes conversó La Nación mostraron asombro y repudiaron los ataques sucedidos.
Asimismo, el Ministerio de Seguridad Pública anunció ayer que ofrecerá protección especial durante estos días a una serie de funcionarios y sitios estratégicos de interés estadounidense y nacional.
La Casa Presidencial, en Zapote, los principales aeropuertos del país y las oficinas de varias aerolíneas son parte de esa operación preventiva.
Nadie pasa
Con instrucciones del ministro de Seguridad, Rogelio Ramos, miembros de la Guardia Civil y de la Policía de Tránsito controlaron el paso de vehículos por la zona de la Embajada.
A las 9:50 a. m. cerraron totalmente el paso al frente y al costado este de la sede diplomática.
En el sitio suspendieron los servicios para el otorgamiento de visas, pero la sección consular continuó brindando servicio.
La sede habilitó para los ciudadanos de su país el teléfono 220 3050 y la página electrónica www.usembassy.or.cr.
Con lágrimas
"¿De qué situación me están hablando?", fue lo primero que preguntó Agnes Egan, una neoyorquina que se encuentra de paseo en Costa Rica.
Luego, al ver las imágenes en la cafetería del hotel Presidente, en avenida central, solo atinó a decir que "el problema es que Estados Unidos cree que todo el mundo los quiere".
En la mesa contigua, Patricia Rodríguez, que trabaja en el negocio de turismo, estaba segura de que luego de lo acontecido los estadounidenses se volverán más temerosos de abordar un avión y ello implicará una drástica disminución en la actividad turística.