Aquellos niños y jóvenes que denuncien matonismo en sus escuelas o colegios tendrán derecho a mantenerse en el anonimato.
Un voto de mayoría de la Sala Constitucional, emitido la semana pasada, privilegió el interés superior de los menores en esta situación por encima del derecho al debido proceso.
“Debe guardarse la confidencialidad de aquellos estudiantes que denuncien algún tipo de violencia en un procedimiento administrativo, toda vez que esta es la opción que más beneficia al menor víctima de bullying , en la medida en que significa el resguardo preventivo y necesario de su integridad y su dignidad contra eventuales represalias de tipo físico, psicológico o de cualquier naturaleza por parte del agresor denunciado”, concluyeron los magistrados.
La sentencia 2013-10711 declaró sin lugar un recurso de amparo planteado por la madre de un supuesto agresor que pedía acceso a las declaraciones y los nombres de los alumnos que acusaban a su hijo de actos de violencia.
Sin embargo, el director del centro educativo, en Gravilias de Desamparados, se negó a entregarle el expediente con esos datos.
Según el magistrado Paúl Rueda, la respuesta a este recurso de amparo dio prioridad al bienestar de los menores denunciantes.
“Si hubiéramos analizado el asunto con ojos de adulto, en razón del debido proceso, habríamos dicho: ‘Suministre los datos’.
”Sin embargo, las posibilidades de que pudieran darse represalias por el tipo de fenómeno de violencia que encierra el bullying son altas y ese estudiante está en un lugar conflictivo”, explicó Rueda.
Sin embargo, tres de los siete altos jueces salvaron su voto al considerar que predominaba el derecho del acusado al debido proceso.
Más denuncias. Las denuncias de bullying recibidas por la Contraloría de Derechos Estudiantiles (CSE) del Ministerio de Educación Pública (MEP) se triplicaron durante el primer semestre del 2013.
Mientras que en todo el 2012 se recibieron un total de 57 denuncias por matonismo, esa cifra se elevó a 92 en los primeros cinco meses del presente año. Esto constituye un incremento del 60% en la mitad del tiempo.
Esas estadísticas incluyen tanto el matonismo físico y verbal como el que se realiza por medios virtuales, como las redes sociales y teléfonos celulares.
De esos casos, 59 se debieron a agresión física y verbal, 29 a agresión verbal, y otros cuatro a cyberbullying . A los 92 casos se suman otras 94 denuncias por agresiones físicas, verbales y sexuales entre alumnos.
Rocío Solís, jefa de la CSE, opinó que el aumento no se debe a un incremento en los casos, propiamente, sino a una mayor consciencia e interés en denunciar.
“No creo que sea que haya un aumento en el bullying . El acoso siempre ha existido, pero no se visibilizaba como tal sino simplemente se tomaba como un pleito entre chiquillos que va a pasar”, explicó.
Según Solís, en la Contraloría se resguarda la identidad de los denunciantes, aunque la intervención puede implicar un trabajo directo con la víctima y el agresor .