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El Sindicato de Japdeva (Sintrajap) dijo ayer que aceptaría la concesión de un nuevo puerto en el Caribe a la empresa privada, si el Gobierno permite a Japdeva continuar con la operación de los muelles actuales e invertir en su modernización.
Ronaldo Blear, secretario general de Sintrajap, declaró que los muelleros no le temen a la competencia siempre y cuando trabajen en igualdad de condiciones.
Sintrajap propuso al Gobierno permitir a la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) invertir $70 millones en los puertos de Limón y Moín, durante tres años, de manera que estén en capacidad de atender con eficiencia el comercio mundial.
Marco Vargas, ministro de Coordinación Institucional, dijo que ese planteamiento es uno de los temas que las partes deben sentarse a dialogar, pero para ello exige que se depongan las medidas de presión. “Deben permitir que el puerto funcione con absoluta normalidad”, reiteró.
Los muelles cumplieron ayer su segundo día de operaciones bajo vigilancia policial después de que el sindicato aplicó tortuguismo para exigir al Gobierno que no se concesionen los muelles.
José Luis Castillo, asesor de Sintrajap, aseguró que Japdeva tiene ingresos suficientes para hacer la inversión, pero el Gobierno no se lo permite.
El dinero se invertiría en ampliar el puerto de Moín, colocar dos grúas portacontenedores en ese muelle y adquirir nuevos equipos para todo el complejo portuario, como montacargas y cargacontenedores.
Además, se requiere profundizar los calados de los muelles para permitir el ingreso de barcos de más capacidad.
Blear dijo que están dispuestos a dialogar el tema con el Gobierno.
Hoy, Japdeva tiene reservada como terrenos de desarrollo portuario la costa comprendida entre Moín y Barra del Colorado.
Sintrajap avalaría la construcción de un nuevo puerto financiado y administrado por una o varias empresas privadas si queda espacio para la expansión de Moín.
Liroy Pérez, secretario de prensa de Sintrajap, agregó que la organización incluso estaría dispuesta a revisar algunos de los beneficios de la convención colectiva de Japdeva “con tal de ser más eficientes y demostrar un cambio de actitud”.
Un ejemplo sería reducir el número de días al año en que el puerto permanece totalmente cerrado. Actualmente son ocho.
Marco Vargas calificó la propuesta de muy positiva.
Los beneficios de la convención colectiva de Japdeva tuvieron en el 2005 un costo de ¢939 millones, lo que representó el 4,6% de los ingresos de la institución portuaria, calculados en ¢20.240 millones.
“Esta situación implica, si estamos dispuestos a abrirnos a la competencia, ceder en algunos aspectos que tienen que ver con la convención colectiva, para ser más productivos”, declaró Pérez.
Sintrajap también reclama que la antigüedad de los equipo es de 25 años, en promedio, y no hay capacidad de endeudamiento.
