Pocos meses después de que la Ciudad de Los Niños recibió la donación de las 32 joyas de Caro Quintero, tres mexicanos visitaron la oficina del asesor legislativo y exdiputado Jorge Rodríguez.
Era el año 1996. En ese momento Rodríguez fungía como directivo de la citada fundación y laboraba como asesor legislativo.
Como diputado Rodríguez había sido el principal gestor para que las joyas se le donaran a la Ciudad de Los Niños. Lo logró el 28 de abril de 1994 mediante un decreto del entonces presidente Rafael Ángel Calderón.
Según Jorge Rodríguez, los mexicanos primero le dijeron que eran periodistas del diario Excélsior de México interesados en escribir un reportaje sobre el destino de las joyas.
Sin embargo, posteriormente mostraron un interés inusual por comprar parte de las alhajas y por conocer el lugar donde se hallaban.
Rodríguez manifestó que el comportamiento de los hombres le pareció un poco sospechoso. Nunca dijeron de dónde sacarían el dinero para pagarlas.
El exdiputado les indicó que no era con él con quien debían hacer un eventual trato sino con el director de la Ciudad de Los Niños, en ese momento, el sacerdote Pedro Apezteguia.
La institución estaba necesitada de fondos para la compra de equipos con los cuales dar mejor preparación a los adolescentes que están ahí internados.
Sin embargo los tres supuestos periodistas –según Rodríguez– nunca visitaron al sacerdote y luego se verificó que tampoco publicaron alguna nota en el diario mexicano.
Rodríguez indicó que siempre creyeron que esos tres hombres eran emisarios de Caro Quintero que vinieron al país con el fin de tratar de recuperar las joyas decomisadas el 4 de abril de 1985.