El rápido avance de las tecnologías abre una clara oportunidad para trabajadores que hacen frente a una discapacidad.
La modalidad del teletrabajo es un camino que debe evaluarse para reclutar ese talento.
Así piensa el consultor Miguel López, gerente de la firma nacional Recluta Talent Hunter, quien brinda una serie de consejos para incorporar a esta fuerza laboral.
"El teletrabajo no solo permite un mayor acceso a un mundo de conocimientos y relaciones que antes estaban vedados, también, brinda acceso al trabajo y oportunidades que, de otra manera, quedaban fuera", comentó.
"Eso sí, se debe proveer de las condiciones, legislación y la infraestructura adecuadas", dijo.
Para López, propiciar el teletrabajo no solo beneficia a los colaboradores, también permite establecer nuevas redes laborales.
Limitaciones. El consultor alertó que para aplicar esta política hay que solventar barreras.
"Por el momento, esta oportunidad es casi exclusiva de sectores con alto nivel de calificación -preparación-. Además, las facilidades y costos de equipamiento tecnológico pueden ser altos -para algunos patronos", dijo López.
Sin embargo, insistió en que no se deben usar excusas: "Es imprescindible tener en cuenta el potencial de esta forma de trabajo y dar pasos para subsanar las trabas"
López recomienda adecuar programas de capacitación para los colaboradores con discapacidad.
"Se requiere reinsertar a las personas con discapacidad en los sistemas de capacitación, o bien, diseñar sistemas de capacitación con todas las condiciones de accesibilidad", aconsejó.
En ese sentido, recordó que hay zonas del país con problemas de conexión a Internet.
López insistió en que se requiere un cambio cultural donde "empresas, Gobiernos, organizaciones no gubernamentales, instituciones educativas tienen que aportar su parte".
Hay una brecha. Según datos del Censo del 2011, publicados este 26 de octubre por La Nación, en el país hay 297.050 personas entre 15 y 65 años con algún tipo de discapacidad. De ellas, el 54% (162.022) carece de empleo, aún cuando tiene aptitudes.
Del grupo restante, un 7% labora para el Estado; un 9% en empresas privadas, mientras un 18% labora por su cuenta, en casas o es ayudante sin pago.
El porcentaje de desempleo de las personas con discapacidad (un 54%) es siete veces mayor al promedio nacional (un 7,7%).