Los turistas extranjeros que conducen un vehículo por las carreteras nacionales le apuestan a la intuición para no perderse y tratan de adivinar dónde está la próxima curva peligrosa.
La escasa señalización en las vías provoca problemas a los vacacionistas, que durante kilómetros y kilómetros viajan a tientas, sin la certeza de que van en el sentido correcto a esa playa o al pueblito que marcaron en el mapa.
Encuestas del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) realizadas en el aeropuerto Juan Santamaría demuestran que tres de cada 10 viajeros califican de mala o muy mala la señalización vial.
La viceministra de Transportes, Viviana Martín, manifestó que el problema se arrastra de gobiernos anteriores, que dedicaron pocos recursos a la colocación de rótulos informativos.
A esto se suma que muchas señales están herrumbradas, caídas o fueron sustraídas por ladrones para vender el aluminio.
Mario Chavarría, subdirector de Ingeniería de Tránsito, dijo que sería necesario instalar unas 8.000 señales al año para reponer las robadas y señalizar pueblos y comunidades fantasmas.
Historias. Un recorrido de La Nación en el cantón de San Carlos demostró que hay poquísimos rótulos para decirle a los viajeros cómo llegar al volcán Arenal, a La Fortuna o al refugio Caño Negro.
Así, la venezolana Angélica López prefirió no alquilar un carro “para no perder tiempo perdida y pidiendo direcciones”. Ella y su compañero alemán, Wilhelm Sorge, prefirieron movilizarse en excursiones y en buses públicos.
Como anécdota, José Ángel Soro, empresario en La Fortuna, San Carlos, también recordó a una pareja de suizos que se perdieron 315 kilómetros cuando confundieron su ruta hacia Nuevo Arenal y terminaron en Los Chiles, frontera con Nicaragua.
Esta semana Carl y Barbara Lerner vacacionaban en Sámara, Guanacaste, y se quejaron de que la falta de señales les impide saber cuándo viajan en contravía o cuándo atraviesan tramos peligrosos de la carretera.
Alberto López, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), alegó que los viajeros externan opiniones muy satisfactorias sobre los servicios privados (hoteles, tours) que reciben en el país; no así cuando se les pregunta por servicios públicos.
Agregó que en señalización las más perjudicadas son las empresas de alquiler de vehículos, pues muchos turistas prefieren viajar en bus, para no andar perdidos.
La viceministra Martín garantizó que el próximo año invertirán ¢900 millones en señales nuevas.
Además, el ministro de Turismo, Carlos Ricardo Benavides, dijo que negociará con empresarios de zonas turísticas para que colaboren en el costo de comprar y mantener la señalización. Colaboraron Carlos Hernández y Óliver Pérez.