Hace casi un año, la comunidad de bahía Ballena, en Osa, sale todos los viernes a monitorear la basura de esta comunidad costera.
Recorren el tramo de la carretera Interamericana que bordea al pueblo y luego el camino de dos kilómetros que lleva hasta el mar.
Se detienen cada 24 metros. Registran la ubicación con ayuda de equipo de georeferenciación (GPS) y examinan los desechos. Los clasifican en reciclables y en basura.
“Ya sabemos quiénes y cuáles lugares son los que producen más basura”, comentó Fernando Guerrero, uno de los tour operadores que participa en el proyecto.
Es así como la tecnología de georeferenciación permite a esta comunidad tener un mayor control de los residuos que genera y, a partir de esto, tomar decisiones sobre el manejo.
Al colocarse en un mapa, esos puntos de GPS visibilizan cuáles son los lugares problemáticos y qué tipo de desechos tienen.
Esa información da pie para averiguar qué está pasando y, si el caso lo amerita, establecer responsabilidades.
¿Por qué lo hacen? “Si no lo hacemos, toda esa basura –con la lluvia– va a parar al mar”, dijo Guerrero.
Bahía Ballena es vecina del Parque Nacional Marino Ballena. Este proyecto es una forma de ayudar al área protegida pues esta, a su vez, los beneficia gracias al turismo de observación de ballenas y delfines .
Un alto a la basura. El proyecto de monitoreo de basura es liderado por la Asociación de Operadores Turísticos y la Asociación de Guías del Parque Nacional Marino Ballena con apoyo de la organización Geoporter , la cual se dedica a enseñar sobre el uso del GPS.
Gracias al monitoreo, los guías y tour operadores se dieron cuenta que abundan los plásticos, envolturas de alimentos, vidrios, metales así como las latas de aluminio. Es más, detectaron un sitio donde predominan las colillas de cigarro. Una colilla de cigarro puede contaminar dos litros de agua pues desprende sustancias tóxicas.
Otro punto crítico son los alrededores de las escuelas y la plaza de fútbol, pues allí se concentran residuos como envolturas.
El mapa de desechos les permite ver las áreas donde se necesita colocar más basureros. “En cada lugar, se coloca uno para reciclaje y el otro para basura”, declaró Amy Work, instructora de Geoporter.“La idea no es que nosotros pasemos toda la vida recogiendo la basura sino llegar al momento en que la calle esté limpia y se vea el pueblo bonito donde la gente se responsabiliza de su propia basura”, dijo la guía turística, Luz Badilla.