Las condiciones de pobreza en las que vive María Paola Flores Bermúdez, de nueve años, facilitaron que la chiquita se infectara con el mal de Chagas.
El rancho en donde habitaba hasta hace pocos meses es uno de los casi 500 del precario llamado El Bajo Los Anonos, en San Rafael de Escazú, San José.
Ella vivía allí junto a sus papás, Carlos Flores y María Digna Bermúdez, y dos hermanos más. El espacio, de por sí reducido, tenía piso de tierra y las paredes estaban repletas de hendijas.
Alrededor de la casa abundaban los cúmulos de basura y otros materiales, así como gran cantidad de perros.
Muy probablemente, la chinche que le transmitió el parásito Trypanosoma cruzi a la niña se “crió” entre la basura y la madera vieja acumulada, y entró a la casa por alguna de sus hendiduras.
“Fue desesperante verla hirviendo en calentura y saber que un animalito se la estaba comiendo por dentro”, dijo Carlos al recordar las carreras que pasaron para que alguien diera con lo que estaba enfermando a la niña.
Para evitar que alguien más resultara infectado, Carlos tuvo que construir un nuevo rancho un poco más arriba del anterior.
Aunque pequeño como el otro, este rancho está bien resguardado por latas para evitar las hendijas. Carlos también hizo un esfuerzo económico y compró cerámica para poner piso.
Agudo. María Paola es el último caso de Chagas agudo registrado en el país de acuerdo con los datos del Inciensa.
La menor se infectó en diciembre anterior. Su caso es agudo porque desarrolló los síntomas en poco tiempo y con intensidad.
Se calcula que apenas del 1% al 3% de los infectados desarrollan cuadros como el de esta niña. De ellos, solo el 1% se complica con una miocardiopatías (cuando el músculo cardíaco pierde capacidad para bombear sangre).
La niña tuvo fiebre altísima (de 40 grados centígrados y más), y desarrolló síntomas graves que ameritaron la búsqueda urgente de medicinas para detener al parásito antes de que llegara a su corazón.
Su papá acudió al Inciensa tras ver pegados carteles por toda la comunidad advirtiendo de la presencia del chinche del Chagas.
Fue a través de ese Instituto que lograron conseguir las medicinas para frenar el avance de la enfermedad.
Actualmente, María Paola se recupera bien y está en control estricto tanto en Inciencia como en el servicio de infectología del Hospital Nacional de Niños.