La nueva clínica de Desamparados abrió sus puertas al público desde la tarde del martes, aunque no todos los servicios están habilitados.
El funcionamiento empezó con la atención de emergencias. Esto incluye consultorios, salas de choque, inhaloterapia (para nebulizar a los pacientes), fluidoterapia (donde se ponen los sueros u otras sustancias), observación, farmacia y el laboratorio. Aún están pendientes de habilitar las salas de cirugía que ya cuentan con el aval del Ministerio de Salud, pero están en limpieza y esterilización.
Héctor Araya, director del centro médico, explicó que las primeras diez cirugías ambulatorias están programadas para el lunes.
En promedio se harán entre 50 y 60 cirugías semanalmente.
Tampoco está funcionando el área de maternidad. Esta es una de los más complejas, según Araya, pues incluye cirugía mayor y deben cumplir las normas tanto nacionales como internacionales.
Este servicio se empezará a dar en los próximos días, pero no hay una fecha precisa.
El Centro de Atención Integral de Salud (CAIS) de Desamparados fue inaugurado el jueves por la presidenta, Laura Chinchilla.
Estaba previsto que empezara a recibir pacientes este lunes, pero no fue posible porque faltaban los permisos del Ministerio de Salud.
Araya justificó que el CAIS es un edificio de muy alta complejidad, donde no todos los servicios pueden iniciarse a la vez, pues tienen características particulares y demandan ciertos requerimientos técnicos para la puesta en marcha.
Agregó que, más bien, se recomienda una puesta en marcha escalonada. “No podemos arriesgarnos a que un paciente sufra una complejidad por correr”, aseveró.
La mañana de ayer, tanto el personal como los pacientes aún estaban desubicados sobre la localización de los servicios y equipos, lo cual Araya calificó de normal.
Según dijo, ahora tienen que moverse en 1.200 metros cuadrados de construcción, cuando en la clínica Marcial Fallas tenían 300.
En la vieja planta continúan la consulta externa y otros servicios.
Mientras, el nuevo centro, cuyo costo asciende a ¢7.000 millones, está equipado para atender unas 500 cirugías por mes. Con esto, se espera descongestionar el Hospital San Juan de Dios y que los pacientes estén más cerca de sus casas.