Costa Rica calculará la contribución del agua y sus bosques a la economía del país, como parte de un proyecto piloto impulsado por el Banco Mundial.
Esa iniciativa pretende visualizar los recursos naturales como activos (bienes que generan un beneficio económico a futuro) y medir el costo para la economía de su sobreexplotación y degradación.
Al hacerse visible el aporte económico de la biodiversidad, su conservación será entendida en el futuro como una inversión y no como un gasto.
El plan piloto también lo integran Colombia, Botsuana, Madagascar y Filipinas. Y ya está dando sus primeros pasos.
Hasta ahora, lo común es medir el desarrollo de un país a partir del valor monetario de los bienes y servicios que produce, los cuales se reflejan en el producto interno bruto (PIB).
Pero ese indicador no dice cuántos recursos naturales se necesitaron para tener esos ingresos.
“Cuando se empieza a incluir en las cuentas nacionales no solo el PIB, sino también la forma como los países transforman sus recursos naturales, se ve que estos no van en paralelo.
”Hay países que pagaron su crecimiento a costa de sus recursos naturales y ahora están viendo cómo recuperarlos”, explicó Ede Ijjász, director de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
Un paso más. Con tal de trascender el enfoque convencional e incorporar el capital natural en su contabilidad, Costa Rica trabaja en crear sus propias cuentas ambientales.
Este esfuerzo, impulsado por el Banco Mundial, se da en el marco de la Alianza Mundial de la Contabilidad de la Riqueza y Valoración de los Servicios de los Ecosistemas (Waves, por sus siglas en inglés).
“La meta es comprender la contribución de los recursos naturales en la economía y los costos que generan la contaminación y la degradación del ambiente”, explicó Luis Rivera, economista y colaborador de Waves en Costa Rica.
Esto quiere decir que los países cuya producción esté apalancada por el deterioro del capital natural, afectarán el valor de sus cuentas verdes; por ende, crecerán menos a largo plazo que las naciones más eficientes en el uso de sus activos ambientales.
Capital natural. Costa Rica es uno de los 20 países con más biodiversidad del mundo.
Según el IV Informe País rendido ante la Convención de Diversidad Biológica (CDB), se tienen 95.000 especies: el 4,75% de la biodiversidad terrestre del planeta y 3,5% de la marina.
Esta biodiversidad está amenazada por el cambio climático, la pérdida de hábitat, la extracción ilegal y la cacería, y la contaminación.
Según el informe presentado a la CDB, 70 especies de flora y fauna están en peligro de extinción y 1.758 son especies con poblaciones reducidas (sin contabilizar los corales).
Así que, a pesar de ser un país rico en capital natural, Costa Rica enfrenta el riesgo de consumir su riqueza si no toma medidas para conservarla.
Cuentas verdes. El país manifestó su interés por seguir la ruta del crecimiento verde y, por esa razón, del 2013 al 2016 trabajará en consolidar dos cuentas ambientales: una para agua y otra para los bosques.
Este esfuerzo es liderado por el Ministerio de Ambiente (Minae) con apoyo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y del Banco Central (BCCR).
Como el proceso debe ser estandarizado entre los países, se utiliza el Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica Integrada (SCAEI) que debe coincidir con el Sistema de Contabilidad Nacional (SCN). “El Scaei termina siendo un sistema de contabilidad satélite que gira alrededor de los fundamentos del SCN. Toda la estructura contable debe seguir los mismos principios de las cuentas nacionales: el cómo se agregan, procesan y se agrupan los datos en subcuentas. Por eso, es que el ente que se encarga de la contabilidad nacional, el Banco Central, tiene que estar presente”, dijo Rivera.
Una vez creada la cuenta, el capital natural servirá para balancear elementos macroeconómicos como el PIB.
De esta manera, se podrán identificar oportunidades y limitaciones, beneficios y costos, así como la eficiencia en el uso de los recursos naturales.
“Se va a tener un instrumento para medir el patrón de crecimiento de la economía para así ver cuán sostenible es a partir del uso de esa riqueza natural”, comentó el economista Luis Rivera.