Tras una década de sortear tormentas, problemas financieros y atrasos, la hidroeléctrica Pirrís empezó a generar electricidad.
La planta de $630 millones y 134 megavatios de capacidad (MW) ya superó las pruebas y desde ayer está oficialmente integrada al sistema eléctrico nacional.
Dicha generadora se ubica entre la zona de Los Santos, en San José, y Parrita, Puntarenas, y su cresta de 270 metros de longitud servirá de puente entre cantones de Tarrazú y León Cortés, en Los Santos.
Pero sus turbinas también encendieron una polémica vecinal.
Siete familias de la comunidad de Zapotal Abajo de San Marcos de Tarrazú culpan a la represa de socavar la tierra donde están sus viviendas y cultivos, y de provocar grietas en las casas.
Ante el riesgo, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) obligó a los afectados a dejar sus hogares y salir del lugar.
Estas familias, apoyadas por comunidades vecinas que temen correr la misma suerte, aprovecharon ayer la inauguración de la planta para llamar la atención de las autoridades del ICE y del Gobierno.
No obstante, la presidenta, Laura Chinchilla, ni siquiera se enteró de la protesta vecinal, pues llegó a la actividad en helicóptero.
La mandataria arribó a la cresta de la represa de 113 metros, la más alta del país, a eso de las 10:30 a. m. De inmediato, pasó a cortar la cinta y al encendido oficial de los generadores, dos actos en los que se mantuvo alejada de la prensa, pues no se les permitió a los fotógrafos y camarógrafos acercarse.
Las dificultades para captar las imágenes de la mandataria molestaron a los representantes de los medios, quienes consideraron abandonar el lugar, algo que resultaba imposible pues todos viajaban en buses facilitados por el ICE.
Al finalizar el acto, Chinchilla quiso saldar la deuda y se acercó al toldo de la prensa para responder preguntas sobre varios temas.
Pirrís, un hito. La energía de la hidroeléctrica Pirrís permitirá abastecer a unas 160.000 familias. También, ayudará al país a acercarse a la meta de generar toda su electricidad con fuentes renovables.
El presidente ejecutivo del ICE, Teófilo de la Torre, dijo que el desarrollo de esta planta es de los más “complejos y accidentados que ha enfrentado la institución”.
Los daños provocados por las tormentas y problemas de financiamiento elevaron su costo total de $300 a $630 millones.
La construcción de la represa también generó un gran reto pues fue la primera vez que se utilizó la técnica denominada concreto compactado con rodillo.
“En estos tiempos de tantos cuestionamientos institucionales y en que nos vemos obligados a la revisión de nuestras entidades públicas para mejorar la gestión que merece nuestra gente, en momentos en que todo se rebate, días como hoy son días de aliento”, manifestó Chinchilla.
ICE promete ayuda. Por su parte, los vecinos de Zapotal Abajo están confiados en que el ICE les dará la mano si se logra comprobar que la represa es la causante de los daños en sus viviendas.
Ramiro Rojas aseguró que los problemas surgieron hace dos meses cuando el embalse llegó a un 90% del llenado. A partir de ese momento, la tierra y luego sus casas empezaron a agrietarse.
De la Torre dijo que en conjunto con la Comisión de Emergencias se contratará un estudio de suelo para determinar si el embalse es la causa del problema.
Aseguró que de comprobarse esto el ICE asumirá la responsabilidad. “Ellos tienen un problema, eso no se puede negar”, aseguró.