Trabajar por una Costa Rica más verde y más limpia, así como por una economía respetuosa de los recursos naturales.
Este fue uno de los compromisos adquiridos ayer por la presidenta Laura Chinchilla, quien además procurará que toda la electricidad que se consuma aquí provenga de fuentes limpias.
“Una Costa Rica próspera y verde: lo próspero, compartido por todos; lo verde, protegido por todos”, manifestó en su discurso de toma de posesión.
La tarea de Chinchilla en materia ambiental está guiada por el compromiso adquirido en la Administración de Óscar Arias de convertir a Costa Rica en el primer país del mundo carbono neutra en el año 2021.
Para alcanzar ese objetivo, el país deberá, entre otras medidas, renunciar a la generación eléctrica con combustibles.
Pese a ello, Chinchilla deberá inaugurar el próximo verano la planta Garabito, la generadora térmica más grande del país.
Esa central con 200 megavatios de potencia, quemará 122 millones de litros de búnker para producir electricidad.
Esto implicará adicionar cerca de 400.000 toneladas al año de gases de efecto invernadero (GEI) expresados en emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Teófilo de la Torre, ministro de Ambiente y Energía, opinó que el tema ambiental es uno de los retos que el Gobierno deberán enfrentar en forma intensa.
“Ya estamos trabajando en esos temas y vamos a profundizar más en ellos”, aseguró.
Chinchilla dijo que luchará por mantener el liderazgo moral del país en el mundo “proyectando con más fuerza su firme determinación de luchar por la sostenibilidad del planeta”.
Siguiendo esa línea, la Presidenta firmó ayer mismo un decreto de moratoria a la minería de oro a cielo abierto y subterránea.