“¿Para qué nos van a pesar?”, fue la pregunta que hizo un niño de sexto grado a otro compañero, mientras las maestras llevaban a todo el grupo, en fila, hasta la biblioteca de la Escuela Finca La Caja, en La Carpio.
Allí, les pidieron a todos que se quitaran los zapatos y los accesorios del cabello. Uno por uno, cada escolar pasó por la báscula y luego por el tallímetro. Los datos del peso y altura de los niños fueron anotados por las maestras en una base de datos donde, desde el 2 de mayo, se comenzó a incluir las medidas de unos 750.000 alumnos, de 4.200 escuelas públicas y privadas, para el Primer Censo Escolar de Peso y Talla.
Este censo permitirá al Ministerio de Educación Pública (MEP) y al Ministerio de Salud ver el estado nutricional de esta población y, a partir de ello, fomentar estrategias que favorezcan el desarrollo cognitivo y reduzcan los problemas de sobrepeso y obesidad.
Según Ivannia Caravaca, nutricionista de la Dirección de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, y coordinadoras del censo, el Programa de Salud Escolar de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) estima que la obesidad entre niños de 7 a 12 años ronda el 40%.
“Hay pocos datos del estado nutricional de esta población; he aquí la importancia de este censo. Llevamos un 4% de la población censada (unos 19.500 estudiantes). La idea es que la recolección de datos finalice en setiembre y los resultados del censo estén listos en marzo ”, dijo Caravaca, este martes.
Estrategias. Las tasas de obesidad escolar preocupan a las autoridades, afirma María Palma, nutricionista del MEP. Aún no hay investigación al respecto, más allá de una estimación.
La funcionaria explicó que el Plan Nacional de Desarrollo tiene como meta reducir el sobrepeso u obesidad escolar.
Por eso los resultados del estudio van a permitir idear menús en los comedores escolares de acuerdo con la situación del centro educativo; además, se buscará promover la actividad física y estilos de vida saludable, pues gran parte del tiempo los niños están en las escuelas.
“Con este censo podremos identificar los problemas de nutrición. Al identificarlos, todos los programas, planes y estrategias se enfocarán en estas poblaciones vulnerables”, dijo Palma.
Actualmente, el MEP se encuentra haciendo un diagnóstico para actualizar el menú de los comedores escolares, los cuales no se renuevan desde el 2006. La idea es que los alimentos vayan acorde a la región y que reflejen mayor identidad local.
“Queremos revisar el menú para ver si seguimos dando almuerzos o meriendas. Ejemplo: en una región donde hay mayor obesidad, en lugar de ofrecer almuerzo, ofrezcamos meriendas”, explicó Rosa Adolio, directora de Programas de Equidad del MEP.
Causas. Entre los factores que inciden en que un menor tenga sobrepeso u obesidad, están los numerosos tiempos de comida que algunos niños hacen mientras se encuentran en la escuela.
Por ejemplo, Palma explicó que hay alumnos que ya vienen desayunados de la casa cuando ingresan al centro educativo; luego, en el recreo, vuelven a desayunar el plato que les proporciona la escuela y, después, se comen la merienda. También, llevan dinero a la escuela, por lo cual consumen más calorías de las que necesitan. Luego almuerzan en la soda y otra vez almuerzan cuando llegan a sus casas.
“Tiene que ver también con los hábitos de alimentación que poseen en sus hogares y la falta de ejercicio. En muchos hogares, les envían alimentos procesados, paquetitos o gaseosas; consumen mucha comida rápida y hacen uso excesivo de los videojuegos que promueven el sedentarismo”, añadió Palma.
Consecuencias. Caravaca explicó que los riesgos de la obesidad en etapa escolar están relacionados con el aumento de la hipertensión, enfermedades cardiovasculares, incremento del colesterol y diabetes.
“También se produce una disminución en la liberación de hormona del crecimiento, alteraciones respiratorias, problemas ortopédicos, alteraciones psicológicas y sociales y una menor autoestima”, añadió Caravaca.
Con el censo también se podrán identificar y atender los problemas de desnutrición.
El director de la Escuela Finca La Caja, Miguel Aguilar, dijo que en ese centro no hay casos serios de obesidad.
“Lo que uno sí ve son niños con bajo peso. Sabemos que aquí hay niños que su única comida del día es la que ingieren aquí. Nosotros vamos a hacer nuestro propio análisis con los datos que recabamos y tomaremos medidas”, declaró el funcionario.