A inicios de este curso lectivo, un ejército de 80.326 estudiantes marchó con sus bultos nuevos para cursar el primer grado. Nueve años antes, lo hicieron 95.811 niños, y un poco más atrás, hace 14 años, fueron 101.073 menores quienes empezaban la escuela.
Desde entonces, la cifra de nuevos escolares ha ido bajando. La culpa la tiene la reducción de la natalidad, que se hizo notoria desde 1990 y se acentuó en el 2002.
Datos del Ministerio de Educación Pública (MEP) señalan que entre el 2000 y el 2013, la cifra de alumnos matriculados en primero y segundo ciclo de primaria bajó un 16%: pasó de 538.966 a 453.328 estudiantes.
En la Escuela Juan Rafael Mora Porras, en el cantón de San José, esto es evidente. Los grupos tienen ahora un máximo de 25 alumnos, cuando antes siempre tenían más de 30.
Según la directora, Maureen Rojas, el descenso en realidad no ha sido más marcado debido a la presencia de muchos estudiantes de origen nicaragüense, colombiano y dominicano.
Sin embargo, reconoce que cada vez son menos los alumnos ticos en las aulas.
“De unos cinco años para acá, lo estamos viendo. Ahora el tico tiene uno, si acaso, dos hijos, y eso impacta en la matrícula. Cada vez vemos aulas con mayor proporción de estudiantes de otras nacionalidades. Los estudiantes extranjeros contrarrestan un poco, pero no del todo”, manifestó la funcionaria.
Primer grado es el año en el que más se nota la diferencia, pues la reducción es de un 20%.
La más baja. La caída de la matrícula podría volverse aún más drástica dentro de seis años, cuando los bebés que nacieron el año pasado entren a primaria.
La razón es que en el 2013 se presentó una de las mayores bajas en la natalidad, con apenas 70.550 nacimientos. Ese es el mínimo registrado en la historia del país.
Sonia Marta Mora, ministra de Educación, está al tanto de la caída en la matrícula, por lo que se encuentra a la espera de un estudio para determinar si es necesario hacer algún ajuste en los grupos.
Por su parte, Gilberto Cascante, presidente de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE), aseguró que ese es uno de los temas incluidos en la agenda común que tienen con las autoridades del Ministerio de Educación Pública (MEP).
En preescolar, entre tanto, se pasó de 68.576 alumnos en el 2000 a 62.287 en el 2013. La baja es menor debido a que la educación preescolar tiene ahora una mayor cobertura y se han abierto centros en áreas donde antes no había.
Nacimientos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el 2002 –cuando se evidenció más claramente el descenso en la natalidad– vieron la luz 71.144 menores, 5.256 menos que en el 2001.
“La caída en la natalidad se ve en todo el país... y en todas las edades. Entre 1993 y el 2013, se dio un descenso del 72% de niños nacidos de madres menores de 20 años, pero la disminución más dramática fue la de las madres de 45 años o más, con un 145% de descenso”, explicó Olga Marta Araya, coordinadora de la Unidad de Estadísticas Demográficas del INEC.
La baja se ve por igual en todas las provincias, con un margen mayor en el Valle Central.
Aunque el INEC no posee datos que determinen si esta tendencia varía por estrato social, Jorge Barquero, demógrafo del Centro Centroamericano de Población (CCP), afirma que la tendencia se ve en todas las clases sociales, pero de forma más lenta en los estratos bajos.
“Al estar vinculada (la tendencia) al nivel educativo, la ocupación y los ingresos, son las clases medias donde más se da, sobre todo porque la tendencia está asociada a proyectos de vida que son más o menos incompatibles con tener una familia de más de dos o tres hijos.
”No es que no haya cambios o impactos en los más pobres, sino que allí la reducción de la natalidad es relativamente menor”, añadió.
Entre las razones de la baja, los especialistas destacan el hecho de que ahora las parejas procuran tener menos hijos y comienzan a concebirlos más tarde.
“Las mujeres ya no solo ven en su futuro casarse y tener hijos. Primero, buscan un desarrollo personal y profesional, para más adelante dedicarse a tener un hijo. Incluso, hay muchas parejas que toman la decisión de no tener hijos y mujeres sin interés en tener pareja. Todo esto afecta la tasa de fecundidad”, dijo Jorge Barquero.
Olga Marta Araya, del INEC, es de la misma opinión. Según ella, es una tendencia que se mantendrá, por lo que prevé más descensos de ahora al 2035.
“Posiblemente, se llegará a 1,6 hijos por pareja (ahora está en 1,76) y después subirá un poco, pero antes del 2050 no se volverá a los dos hijos por pareja”, advirtió Araya.