Boicoteadas por los prejuicios de los padres y la poca capacitación de los docentes, las clases sobre sexualidad que se imparten en los colegios públicos del país caminan directo hacia el fracaso.
Muestra evidente de ello son los resultados que arrojan estudios de la Clínica del Adolescente, del Hospital Nacional de Niños, sobre los conocimientos que tienen nuestros muchachos sobre ese tema.
Las pruebas revelan que el 75% de los jóvenes entrevistados creían que el coitos interruptus era efectivo para prevenir el embarazo y el 67% no sabía cómo evitar enfermedades de transmisión sexual.
Para Alberto Morales, quien dirigió por más de 20 años la Clínica del Adolescente, el desconocimiento de colegiales de fuera y dentro de la Gran Área Metropolitana (GAM), es “escandaloso”.
Morales considera que ese resultado obedece a que ni los hogares ni los centros educativos están cumpliendo su labor.
En el 2013, en un intento por llenar dicho vacío, el Ministerio de Educación Pública (MEP) implementó para el nivel de secundaria los programas de Educación para la Afectividad y la Sexualidad Integral.
Sin embargo, las experiencia de maestros, orientadores y las estadísticas señalan que las clases no han sido exitosas.
“El programa es de excelente calidad, pero el impacto es muy bajo y debemos empezar en edades muy tempranas. En sétimo , octavo y noveno, es importante llegar, pero estamos llegando tarde”, aseveró Morales, quien se jubiló en enero pasado.
Para que los muchachos reciban esta clase impartida por docentes de Ciencias, los padres deben dar autorización.
Según el MEP, en el 2014, el 97% de los colegiales recibía las clases. No obstante, desde entonces, el Ministerio no ha evaluado su alcance ni impacto.
Para Luis Paniagua, secretario del Colegio de Profesionales en Orientación, no hay apoyo de los padres y los educadores se sienten cohibidos para desarrollar abierta y explícitamente los temas de la sexualidad.
Esta versión la confirma una profesora de Ciencias de un liceo en Goicoechea. Según ella, a los padres “se les para la peluca” si se les enseña a los jóvenes cómo usar un condón.
Paniagua cree que la sexualidad sigue siendo un tema prohibido en los hogares.
”Muchos padres están a la defensiva respecto a las información de sexualidad que se le da a los muchachos.
”Los docentes piensan que tienen que cuidarse de lo que hablan (...). Como es un tema tabú, los profesores se pueden sentir cohibidos o limitados porque los padres se molestan si se aborda muy explícitamente el tema”, indicó el orientador.
Urgente. Para los especialistas consultados, es necesario abordar este tema en las aulas ya que la vida sexual de los jóvenes inicia cada vez más temprano.
Según la segunda Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, dada a conocer a finales del 2016, en el 2010 los hombres tenían su primera relación sexual a los 17 años y las mujeres, a los 18.
Para el 2015, ambos sexos habían bajado en un año su primera experiencia: ellos, a los 16 años; y ellas, a los 17. La mayoría obtenía la educación sexual por la familia.
Por otra parte, el embarazo adolescente registró una baja en los últimos años, pero sigue siendo un riesgo latente.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2013 hubo 12.800 embarazos de menores de 19 años, en 2015, fueron 11.600.
Capacitación. “Yo no quiero estar en el lugar de ellos (los docentes) para contestar preguntas sobre temas polémicos, como el aborto, diversidad o masturbación. Los educadores se sienten presionados y sienten dificultad para tratar estos temas, no hay suficiente madurez ni capacitación”.
Con estas palabras, Ricardo Molina, presidente de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), describió la situación que viven los profesionales que imparten las lecciones sobre sexualidad.
Molina explicó que, en general, los educadores piden más preparación sobre esta temática y más apoyo de los padres.
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El MEP está consciente de la necesidad de capacitación. Cecilia Sevilla, asesora nacional de Ciencias para el III Ciclo y Educación Diversificada del MEP, sostuvo que el programa está siendo revisado para modificarle algunos contenidos.
“Es un programa relativamente nuevo. El proceso, hay que verlo con los años. Sin embargo, los jóvenes siempre están con ganas de llevar la lección para aclarar dudas”, añadió Sevilla.
Rocío Solís, exviceministra de Educación y actual presidenta de la Comisión Costarricense de Cooperación con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), propone que las clases sobre sexualidad se impartan desde la escuela.
La misma posición la comparten Luis Paniagua y el pediatra Alberto Morales. Sin embargo, según Sevilla, “la legislación costarricense no permite que se pueda hablar de condones en cuarto, quinto y sexto grado”.
“La escuela no está para eso. En cuarto , quinto y sexto se enseña la madurez sexual, la función de los órganos sexuales, reproducción, paternidad y maternidad responsables. En colegio se ve más profundo, se trabaja en la prevención, en el fortalecimiento del la autoestima.
”Este programa no solo se trata de eso (métodos anticonceptivos). Si quieren dar algo más técnico en anticonceptivos, le corresponde a un especialista”, aseveró Sevilla.