El año pasado, el profesor Narciso Vindas no pudo completar el programa de Matemáticas que debía impartir a los sétimos y octavos en el Liceo de Pavas.
Él considera que la nueva modalidad de enseñanza de esta materia que fomenta el Ministerio de Educación Pública (MEP) para primaria y secundaria, toma mucho tiempo de clase e impide avanzar con la materia.
Antes de enseñar un nuevo tema, Vindas debe plantearle a los estudiantes un problema. En grupos y guiados por el docente, los alumnos idean sus propias estrategias para resolverlo utilizando fórmulas matemáticas. Luego, exponen cuál estrategia usaron para resolver el enunciado. Por último, el docente realiza una clausura del tema y de la clase.
“Los jóvenes no están acoplados a la realidad del programa. Tienen diferentes formas de razonar y mientras ellos resuelven el problema, se va mucho tiempo en la clase y no se avanza con los contenidos, que son sumamente amplios. Es imposible darlos todos”, explicó Vindas, quien tiene 12 años de ser docente de Matemáticas.
Los programas de esta materia se han venido implementando de forma gradual desde el 2013 pero el curso lectivo que comenzará este 9 de febrero será decisivo, pues el plan se aplicará completamente en todos los niveles.
Carlos Salazar, asesor de Matemáticas del MEP, comentó que la falta de tiempo es una de las debilidades para concretar la iniciativa, pero, estima que, poco a poco, los docentes han buscado formas de distribuir el tiempo.
Capacitación. Para implementar los cambios, el MEP ha venido capacitando paulatinamente a los profesores desde el 2011.
“De los 8.000 docentes de Mate que hay en primaria, se han capacitado 6.000. En secundaria, de los 2.000 profesores, hemos capacitado a 1.500. Antes se hacía una clase magistral, se daba la teoría y los alumnos resolvían unos ejemplos; en eso cayó la educación en Matemática, en un tradicionalismo”, expresó Salazar.
En el quinto informe del Estado de la Educación, los investigadores consultaron a 287 docentes de sétimo y octavo qué tan preparados se sentían para impartir los contenidos.
“Un 3% dijo que no se sentía nada preparado , un 52% algo preparado y 46% totalmente preparado. Esos porcentajes en realidad son positivos, pero también, cuando dicen ‘algo preparado’, hay espacio para mejorar en ese tema”, dijo Valeria Lentini, del Estado de la Educación,
“No me siento capacitado”. Elian Granados, profesor del liceo San Francisco, en Cajón de Pérez Zeledón, describe así su experiencia al aplicar el nuevo programa.
“No he podido cumplir al 100%. No me siento aún preparado en el programa. Además, es demasiado el contenido. Si antes yo me llevaba dos horas planeando la clase, ahora me toma cuatro”, describió Granados.
La Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) concuerda en que una de las principales quejas de los docentes es la falta de capacitación y tiempo para aplicar los contenidos y la incongruencia de la nueva forma de enseñanza con la evaluación, que es la misma del anterior programa (respuesta breve, selección única y mínimo desarrollo).
“Se apresuraron en la implementación total; los profesores no están capacitados. Además, como docente te sentís impotente porque no se pueden terminar los contenidos; luego, uno se encuentra con un examen de bachillerato que califica todo; eso afecta a los alumnos”, declaró Ricardo Molina, de la APSE.
En los resultados del bachillerato del 2015, solo en Matemáticas hubo una leve disminución en la promoción, que pasó de 74,39% en 2014, a un 73,47%.
Lentini estima que para implementar el programa y este funcione, se debe dar capacitación, así como debe haber acompañamiento y seguimiento.