Colaborador
Casi dos años pasaron para que Kricza Vega Zúñiga , recibiera el “aprobado” para una ayuda del Fondo Nacional de Becas (Fonabe).
La estudiante no vidente y su familia pasaron ese tiempo en zozobra por requisitos que desconocían, los cuales, solo le piden por la discapacidad de la menor.
La niña había sido becada cuando estaba en preescolar, pero le retiraron el subsidio al pasarse de centro educativo y no reportarlo a Fonabe.
“Yo no sabía que había que hacer el traslado y me la quitaron”, justificó Mairoby Zúñiga, madre de Kricza.
De nuevo acudieron a Fonabe en febrero de 2015, cuando representantes de su escuela, La Gran Samaria, en Heredia, dejaron el expediente de la estudiante, en las oficinas del Fondo .
La última noticia que tuvieron es que todos los requisitos fueron cumplidos e incluso recibió el sello de “completo”. La beca, sin embargo, nunca llegó.
El expediente de Vega pasó todo el 2015 sin ser aprobado y cuando terminó el año, se convirtió en “incompleto”. La razón es que, al iniciar otro año –el 2016– hacía falta una una certificación de matrícula del nuevo curso escolar, aunque la solicitud estuviera en espera desde un año atrás.
Esa verificación no debió ser obstáculo, pues solo es necesaria cuando el estudiante se traslada de escuela, hecho que no pasó .
Según Mauricio Donato, director de Fonabe, cuando se trata de “casos especiales”, como es el de Kricza, el Fondo vuelve a pedir esta información cada año.
El problema es que la familia y la escuela desconocían que el de Kricza era un caso especial y pasó mucho tiempo antes de saberlo. Fue en los últimos meses del 2016 cuando se enteraron y entregaron la certificación de matrícula , con la esperanza de que la ayuda llegue para el 2017.
La historia de esta niña y su familia es producto de la tramitomanía en el país, cuyo plan de combate parece llegar lento a los usuarios de las instituciones públicas.
Sin citas Aparte del caso de Kricsa, La Gran Samaria se ha topado con otros líos en Fonabe.
“Del año pasado a este, no nos han dado una sola cita”, comentó Eduardo Méndez, director del centro educativo.
Él se queja de que la plataforma digital de Fonabe no les carga y que cuando ya logran ingresar todas las citas se han acabado.
El docente también mostró su preocupación porque el número de becados en su escuela se redujo en los últimos dos años debido a la imposibilidad de acceder a las citas. Pasó de tener cerca de 160 estudiantes con subsidios a tan solo unos 30.
Reclamos como el de este director llegan a Defensoría de los Habitantes, que durante 11 meses del año acumuló 198 solicitudes de intervención por debilidades en el servicio y la falta de disponibilidad de citas para nuevas becas de esa institución.
Para Mauricio Donato, es normal que haya escuelas sin citas debido a la alta demanda. Sin embargo, aseguró que la plataforma digital no falla.
Donato afirmó que la institución está atenta a escuelas que “por alguna razón” no pueden gestionar citas y que si estas se comunican con ellos, las tomarán en cuenta para cuando se habiliten espacios.
La defensora de los Habitantes, Montserrat Solano, manifestó que a pesar de las mejoras que el Fondo implementó en el 2016 falta mucho por hacer.
Para este año, Fonabe distribuyó ¢50.644 millones en poco más de 187.000 becas.