Dos contactos bastaron y ya estaba frente a Juan, uno de los más famosos despachadores de Mariguanol que hay en el parque frente a la iglesia de la Merced, en San José.
Sin mucho rodeo, abrió su “mariconera” y sacó un frasquito de plástico con la crema. “¢1.500”, dijo mientras acomodaba las pastillas que antes compartían espacio con uno de los fármacos clandestinos más conocidos en esa zona, el bulevar de avenida 4 y sus alrededores.
El Mariguanol es un supuesto antiinflamatorio que, según Juan, viene desde El Salvador. Sus otras dos competidoras en este mercado de una cuadra no estaban ese martes; andaban en Nicaragua trayendo más mercadería por la frontera.
“Es mejor en crema que en gel. ¡Véale las hojitas!”, comentó el vendedor, originario de Granada, al sur de Nicaragua. Sí, se veían hojas en minúsculos pedacitos verdes, pero no podría asegurarse que se trate de marihuana, el supuesto componente básico del ungüento. Así se promociona, pese a que en el país se prohíbe la venta de esta droga y de cualquiera de sus derivados.
A inicios de mayo, tres diputados se reunieron con una organización que promueve el uso medicinal de la marihuana, interesados en abrir el debate en Costa Rica en torno a este tema.
Rastro. “Es más alcanfor que otra cosa”, expresó Marcelo Solano Ortiz, director de la Policía Municipal josefina, entidad que hizo los primeros decomisos del producto hace poco más de un año.
No obstante, aclaró Solano, la confiscación de medicinas y otros productos naturales representa un porcentaje muy escaso de todos las incautaciones que se hacen. Las acciones se llevan a cabo en la capital y los alrededores del Hospital México, en La Uruca, áreas reconocidas por el comercio hormiga de medicinas de contrabando.
“Hemos encontrado en las inmediaciones del México medicinas del seguro social hondureño y de la Caja”, agregó Solano.
Se pueden conseguir analgésicos, antiácidos, antiinflamatorios y hasta antibióticos.
Quienes son “pescados” en estos negocios son sancionados por obstruir la vía pública, y no por infracciones a la Ley General de Salud, por lo que las multas son muy bajas. La sanción de mayor monto llega a los ¢16.000, lo cual hace muy difícil detener este tipo de tráfico.
El mismo Ministerio de Salud considera muy complejo el control de este negocio. “No hemos podido dar con el distribuidor. Por lo general, son contrabandos pequeños que no llegan ni a contravención.
”Lo que hemos buscado es educar a las personas diciéndoles que no compren; que entiendan que esos productos de la calle son peligrosos: pueden ser falsificados, estar adulterados”, manifestó Ileana Herrera, jefa de la Unidad de Registros, de la Dirección de Regulación de Productos de Interés Sanitario del Ministerio de Salud.
Es por esa misma causa que los registros escasean. De ahí que se desconocen los datos sobre cuántos productos se comercializan y a cuánto asciende la cantidad de lo decomisado.
Lo que no es complicado, y basta con preguntar para comprobarlo, es dar con Juan. Él llega a diario, incluidos sábados, domingos y feriados, que son los días de mayor volumen de ventas. Aunque su dominio se concentra en un espacio reducido, el del Mariguanol –su producto estrella– aunque ilegal, trasciende fronteras.