“Independientemente del resultado, continuaré en política. Hasta el último de mis días seguiré en política”, dijo ayer Johnny Araya Monge, 28 horas antes de que se abrieran las urnas para las elecciones presidenciales de hoy.
El candidato del Partido Liberación Nacional (PLN) estaba frente a su casa, en la esquina que da al puesto de vigilancia de la Policía Municipal, en el Parque del Café, en Rohrmoser, San José.
Araya aseguró que aún quiere ser presidente, que su lejanía del proceso se debió a la “campaña accidentada” y que quiere seguir sirviendo a la ciudadanía.
“Tengo vocación de servicio”, afirmó.
El candidato habló despacio, recalcando que, aunque se hizo a un lado de la pelea, no perdió su deseo de ser presidente de la República.
En las afueras de la casa del aspirante del oficialismo no había una sola bandera. Ni un solo carro pasó con calcomanías. No había movimiento de dirigentes.
En la acera del parque, solo caminaba por tercera vez un hombre de pelo blanco, quien sacó su perro salchicha a pasear.
Araya, de 56 años, sorprendió al país el 5 de marzo al anunciar que se retiraba de la campaña.
Esta decisión le dejó el terreno libre a su contrincante, el politólogo de 55 años Luis Guillermo Solís, quien pretende llegar a la Presidencia de la República con el Partido Acción Ciudadana (PAC).
Ayer, Araya insistió en que su decisión se basó en una propuesta para conformar un gobierno de unidad nacional que no fue bien entendida por el PAC, aunque recalcó que su propuesta sigue en pie.
Hoy, los votantes van por segunda vez a otra ronda electoral desde la proclamación de la Segunda República, en 1949.
La primera vez fue 12 años atrás, cuando Rolando Araya (hermano de Johnny Araya) protagonizó desde el PLN la primera segunda ronda electoral contra el candidato de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Abel Pacheco.
Pese a las circunstancias, Araya no tiene un discurso derrotista.
“Cualquier cosa puede pasar”, expresó el candidato, quien aún reclama que no se entendió su gesto de dejar la campaña para buscar un gobierno de unidad nacional.
La salida de Araya, hace un mes exacto, dejó al PLN por primera vez en 62 años sin aspirante y sin recursos para que las bases del partido continuaran en la liza.
Ante esta circunstancia, el Comité Ejecutivo del PLN organizó una comisión para coordinar esfuerzos y no ser invisibilizado. El grupo tuvo su última reunión ayer en Los Yoses, en la casa del presidente del partido, Bernal Jiménez, quien resaltó la actitud de la dirigencia de base, que da la cara pese a no tener recursos.