La mala calificación pública a la labor de la presidenta Laura Chinchilla no pasa inadvertida en la campaña electoral y afecta, principalmente, al candidato del partido de Gobierno, el liberacionista Johnny Araya.
Primero, la percepción negativa sobre la gestión presidencial impacta en el nivel de participación que tendrían los ciudadanos en las votaciones.
De acuerdo con la encuesta de Unimer para La Nación , el porcentaje de probables abstencionistas aumenta entre la gente conforme más alta es la insatisfacción con la labor de Chinchilla.
Por ejemplo, entre el grupo que califica de buena o muy buena la gestión de la Presidenta, el porcentaje de gente que no votaría es de apenas un 20%.
Sin embargo, entre la gente que califica de malo o muy malo el trabajo de Chinchilla, el porcentaje de posible abstencionismo se incrementa a un 33%.
Para el cálculo de estos datos, se excluye a quienes se declaran “abstencionistas duros”.
Es decir, no se toma en cuenta a quienes dicen que no votan bajo ninguna circunstancia. Con ello, el margen de error es de 2,2 puntos porcentuales.
Entre la totalidad de los encuestados, el grupo de quienes califican negativamente la labor de Chinchilla supera por mucho al que la percibe positivamente. Más de un 61% de los consultados la tilda de mala o muy mala y solo un 11% la considera buena o muy buena.
Golpe a Araya. Por otra parte, existe una clara relación entre el desencanto con la presidenta Chinchilla y el rechazo a la candidatura de Johnny Araya.
En el grupo de los ciudadanos que tienen un criterio favorable sobre la labor de la Presidenta, el 32% se muestra dispuesto a votar por el liberacionista.
En la otra cara de la moneda, en el segmento que otorga una calificación mala o muy mala a Chinchilla, solo un 10% se muestra dispuesto a apoyar a Araya el 2 de febrero.
Todo lo contrario ocurre con los apoyos a José María Villalta y a Otto Guevara, candidatos del Frente Amplio y del Movimiento Libertario, respectivamente.
Ellos reciben más intención de voto conforme mayor es el descontento con este Gobierno.
En el caso de Villalta, votaría por él un 15% de quienes califican bien a Chinchilla, pero el porcentaje de apoyo al frenteamplista sube a un 24% entre los que la califican mal. En cuanto Guevara, la cifra sube de un 11% a un 17% en las mismas circunstancias.