Luego de algunos reveses laborales, Alejandra Madriz Arias no buscó tiempo para lamentarse. En cambio, lo aprovechó para encontrar una salida y remediar su situación.
Con 29 años, esta joven oriunda de Escazú montó, junto con su familia, una pequeña empresa de artesanía desde hace dos años. Hoy toda su familia vive de esta exitosa aventura.
Alejandra forma parte de un programa de la Municipalidad de Escazú y la Oficina de la Mujer para impulsar la capacitación entre sus pobladores.
Desde ayer sábado y hasta hoy domingo la Municipalidad ofrece información sobre oportunidades de capacitación en el parque de Escazú. La cita, es apoyada, entre otras entidades, por el Instituto Nacional de Aprendizaje, la Universidad de Costa Rica y Credimujer, y concluirá hoy a las 3 p. m.
“En Escazú hay muchas oportunidades de empleo, pero no todas las personas cumplen con los requisitos y por eso las rechazan”, dijo el alcalde, Marco Segura.
La idea es acercar a los escazuceños las oportunidades de educación y capacitación para tener una comunidad mejor y que los puestos se queden en la comunidad.
La clave
En el marco de este proyecto, Alejandra ha llevado cursos de servicio al cliente y control de calidad para mejorar su negocio.
“Todo lo hacemos a mano, desde diminutas bandejas de lata para poner bollitos de pan hechos de barro, hasta tejas, frutas y carretas”. Agregó que ellos querían tener algo propio. Ya su mamá hacía artesanías y pintaba desde hace 10 años, por lo que el paso natural fue incursionar en ese campo.
Alejandra comentó que a un proyecto como este “hay que meterle todas las ganas”.
Tanto su papá, don Eythel, como su mamá, doña Alicia, y su hermano Byron colaboran.
El proceso fue sencillo. Primero se organizó la familia, estudió el mercado y diseñó el plan. Después solo fue cuestión de “desarrollar el talento”, bromeó la artesana.
Las ventas de esas creaciones se realizan principalmente en la misma casa, ubicada carretera a San Antonio de Escazú.
Pero para ella la mayor satisfacción es que a la gente le gusten sus productos. “Eso es lo más importante”, expresó sonriente.