No podía faltar. La reunión de esta mañana entre la expresidenta Laura Chinchilla y el presidente Luis Guillermo Solís estuvo centrada en como resolver el tema fiscal, pero había una espinita clavada.
En la cita de dos horas en su casa propia, la exmandataria aprovecho para expresarle a Solís la "preocupación" por las críticas y denuncias de supuestas irregularidades hechas por él al Gobierno que lo antecedió.
"No pude dejar de expresarlo" contestó Chinchilla ante una pregunta de la prensa sobre los señalamientos hechos contra su gobierno. Ella había empezado advirtiendo que la reunión fue franca. "Una cosa es no ser condescendiente y otra es la falta de rigor", contestó en otro momento a los periodistas, de pie junto al presidente Solís.
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El señalamiento de Chinchilla tampoco estaba ajeno al tema fiscal. Ella aseguró que mantener un buen clima entre sectores políticos es uno de los factores necesarios para tener éxito en los planes para reformar leyes que garanticen un incremento de los impuestos, también mencionó la necesidad de liderazgo del presidente y señales claras en materia de recorte del gasto público.
"Falta una estrategia clara y consistente en temas como empleo público, salarios y pensiones", agregó la exmandataria, que también repitió su crítica contra la Sala Constitucional por haber frenado en su gobierno el plan de reforma fiscal, que había logrado aprobar en la Asamblea Legislativa.
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El presidente Solís agradeció a Chinchilla la disposición de ayudar en las negociaciones fiscales y subrayó la necesidad de mantener la cordialidad por encima de las diferencias, aunque evitó contar que respondió en la reunión cuando Chinchilla le reclamó por las críticas.
Esta es la ultima reunión de Solís con expresidentes, la cual incluyó a Óscar Arias, Abel Pacheco, e incluso a Luis Alberto Monge, aunque este ajeno a la política del país. También se había reunido con José María Figueres, pero en su calidad de presidente del Partido Liberación Nacional (PLN).