La lentitud con la que el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) ejecuta los créditos para carreteras le costó al país $17 millones en los últimos seis años.
Según datos suministrados por el Ministerio de Hacienda, el Estado tuvo que cancelar ese monto en comisiones a entidades financieras internacionales por mantener préstamos aprobados, pero sin utilizarlos.
José Francisco Pacheco, viceministro de Egresos, explicó que a partir de la aprobación de un empréstito, el banco acreedor reserva el dinero solicitado y si el país no hace uso de esos fondos cobra una comisión por mantenerlos apartados.
Por ejemplo, del crédito por $340 millones con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), suscrito desde el 2012, se cancelaron $7,7 millones por comisiones.
Esta línea crediticia está destinada a la construcción de Circunvalación Norte, los puentes sobre el río Virilla en la ruta 32, la radial a Lindora y la autopista General Cañas, conocido como el puente de “la platina”.
Además, están previstos los pasos a desnivel en las rotondas de las Garantías Sociales, la Bandera y la intersección hacia Guadalupe.
De todas esas obras, solo el puente de “la platina” se ha iniciado, el resto están estancadas en diferentes etapas.
De los $340 millones aprobados por el BCIE, se han desembolsado $171,5 millones y hay $168,5 millones pendientes.
Por la cartera de $810 millones, otorgada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre 2009 y 2014, se han pagado $8 millones en comisiones.
Estos recursos se designaron a la ampliación de Liberia-Cañas, rehabilitación de caminos y puentes cantonales y vías pendientes como Cañas-Limonal-Barranca y Playa Naranjo Paquera, entro otros.
Finalmente, por los $52 millones prestados por Corporación Andina de Fomento para la vía Chilamate-Vuelta Kooper se liquidó $1,3 millones.
El Ministerio de Hacienda proyectó que hay pendientes de pagar $5,3 millones en comisiones por la no ejecución de fondos.
“Los programas de préstamo deben cumplir con requisitos de elegibilidad para realizar los desembolsos.
”Por ejemplo, en los programas que financia el BCIE ha pasado que las expropiaciones y reasentamientos de familias, principalmente, son las situaciones que han atrasado el inicio de las obras. Siempre hay una adecuada justificación sobre lo que lo que se ha querido evidenciar como un atraso en la ejecución de un préstamo”, señaló Carlos Villalta, ministro de Obras Públicas y Transportes.
Lejos de cancelar. De los $1.591 millones que solicitó el país, desde 2009, en seis préstamos para construir carreteras, solo se han amortizado $21 millones al capital, $22 millones en intereses y $17 millones en comisiones.
Del dinero disponible solo se ha ejecutado el 34%, es decir, $551 millones.
Los cálculos del Ministerio de Hacienda indican que se pagarán $2.111 millones por los seis empréstitos incluyendo comisiones e intereses.
La deuda externa de las instituciones de Gobierno Central equivale al 45% del producto interno bruto (PIB), lo cual significa que se debe frenar el nivel de endeudamiento, pues un déficit superior al 50% encendería las luces de alarma, según manifestó el viceministro de Egresos.
Del total de créditos externos que mantiene el Estado, el 38% es para construcción de vías.
“El norte es que no debemos depender del Presupuesto Nacional para hacer obra pública, no debemos cargarle todo al presupuesto para generar obras. Hay que buscar mecanismos alternativos de financiamientos con alianzas público-privadas”, concluyó Pacheco.
José Francisco Pacheco: ‘Hay que buscar alternativas’
-¿Llegamos ya al tope de deuda para infraestructura vial?
-Para nosotros el análisis es más macro, más general sobre la carga de endeudamiento del Gobierno. El Gobierno Central tiene, hoy día, un coeficiente de deuda PIB (producto interno bruto) cercano al 45%, no existe un valor para decir que uno está llegando al tope del endeudamiento porque mucha gente tiende a decir: 'Estados Unidos tiene más de un 100% de deuda PIB'. Pareciera que nosotros estamos muy bien con un 45%, pero en el caso nuestro no hacemos ese tipo de análisis tan directo (...). En la práctica uno empieza a ponerse en una luz amarilla con tendencia a roja después del 50% de endeudamiento.
-¿Qué orden le han dado a las instituciones?
Hemos hecho un llamado a buscar mecanismos alternativos de financiamiento y es aquí donde vemos con buenos ojos las alianzas público-privadas como un mecanismo para fomentar un nuevo tipo de financiamiento.
-Pero esto es, indudablemente, porque estamos cerca del tope de endeudamiento...
El tope de endeudamiento o carga de la deuda es una de las razones, el otro es que nosotros buscamos diversificar fuentes de financiamiento y en algunas de esas fuentes podríamos encontrar tasas de interés menores a las que estamos pagando con los créditos externos.