Cobijado por la bandera del ambientalismo, el sindicato de trabajadores de puertos de Limón atacó el plan del Gobierno para abrir un camino de dos kilómetros con el fin de que el gigante holandés APM Terminals construya el megapuerto de contenedores en Moín.
El Sindicato de Trabajadores de Japdeva (Sintrajap) alegó que el proyecto afecta el río Moín, en Limón, así como la vida silvestre.
En atención a esa denuncia y como medida cautelar, el Tribunal Contencioso Administrativo suspendió el 12 de febrero pasado el inicio de las obras. Ayer, casi dos meses después, levantó la restricción y dio luz verde a la ruta.
A pesar de la decisión, los sindicalistas aún pueden apelar o presentar otro recurso.
El plan para la vía había obtenido el aval de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) el 4 de febrero anterior.
Defensa. El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), que debe construir el paso, alega que la finca Sandoval –por donde pasará la nueva carretera a cuatro carriles entre la ruta 32 y el mar– ya había sido afectada por el hombre décadas atrás.
José Chacón Laurito, viceministro de Infraestructura del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), contó que allí primero hubo una plantación de cacao y luego se construyó la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).
Además, entre 1976 y 1981, la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo de la Vertiente Atlántica (Japdeva), en conjunto con Recope, construyeron el puerto de Moín, para lo cual se desvió el cauce del río Moín unos 100 metros antes de su desembocadura original. Un estudio del Conavi encontró que sus aguas están contaminadas por materia fecal y residuos de hidrocarburos de Recope.
El megapuerto lleva cinco años en planeamiento y permisos. La obra, dada en concesión a APM por 30 años, costará $1.000 millones y empleará a un millar de personas durante la construcción y al menos a otras 400 durante su operación.
Más razones. José Luis Castillo, secretario de Comunicación de Sintrajap, insistió en que si se construye el camino, habrá un impacto ambiental, aunque reconoció que hubo una afectación en la zona con la construcción de los actuales puertos de Japdeva.
“Le sale más barato al país ampliar el muelle actual. Ya el impacto se dio, porque ahí está el muelle, pero va a ser un impacto menor que hacer el otro muelle”, agregó.
No obstante, para ampliar el actual puerto de Japdeva habría que desviar otra vez el río Moín y cerrar la calle paralela que es utilizada por los vecinos del sitio.
Juan Bonilla, ingeniero forestal de la Unidad de Gestión Ambiental y Social (UGAS) del MOPT, confirmó que el bosque por donde pasará la vía es secundario.
También, la bióloga de UGAS, Marlen Calvo, explicó que para este proyecto se tomaron medidas ambientales en demasía, como la construcción de 30 pasos para animales, tanto subterráneos como aéreos, y mallas perimetrales para obligar a las especies a usarlos.
“Pese a que se van a cortar árboles, por cada uno se van a sembrar 10. En total se van a sembrar 13.900 árboles y cerca de 100 se van a trasplantar”, detalló Calvo.
Lo que viene. Con el rechazo del Tribunal a los argumentos ambientalistas de Sintrajap, ahora el Conavi emprenderá las obras.
Lo primero será abrir un paso de 40 metros de ancho para lo cual serán removidos 1.399 árboles, de los cuales 500 serán plantados en otro lugar, previo visto bueno del Sistema Nacional de Áreas de Conservación, dijo Chacón. El trabajo debe iniciarse este año para cumplir el cronograma.