La historia del aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, se ha escrito a paso lento. La terminal tiene 59 años creciendo según las exigencias internacionales y la demanda de pasajeros.
En el relato del aeródromo hay varios capítulos pendientes, uno de los principales tiene que ver con su futuro, pues el lugar donde está ubicado se está haciendo pequeño para las necesidades actuales.
De acuerdo con la empresa Aeris, administrador del inmueble, en 2016 se contabilizaron 4,3 millones de pasajeros y para este año se esperan 4,6 millones.
La principal puerta de entrada al país no siempre se llamó Juan Santamaría, ese nombre lo adquirió en 1972 en honor al héroe nacional. Antes de ese año su nombre fue El Coco, inaugurado en 1958.
Desde su apertura ha experimentado múltiples cambios y remodelaciones.
Por ejemplo, en setiembre de 1978, la Dirección General de Aviación Civil decidió abrir el aeropuerto las 24 horas del día por un compromiso adquirido con el resto de países centroamericanos.
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Extender el horario fue una medida que llegó un año más tarde de lo acordado; la razón del atraso fue que las autoridades alegaban falta de personal.
Fabio Campos, supervisor de mantenimiento eléctrico, fue parte de las personas contratadas para operar las 24 horas del día.
El hombre, de 59 años, es testigo de la transformación del lugar: cuando llegó, solo había seis salas de abordaje, hoy hay 16.
La carga de trabajo actual no es comparable, según el funcionario, a la que enfrentó cuando entró a su puesto de trabajo, en 1980.
En la actualidad, cada día en promedio llegan al Juan Santamaría 72 vuelos internacionales, 65 viajes locales y 8 aviones de carga, según Aeris.
La operación del puerto aéreo requiere de 5.000 trabajadores.
“El volumen de trabajo es completamente otro, cuando yo entré no había tanta demanda de pasajeros, el sitio era más pequeño”, comentó Campos.
Aún tiene frescos los recuerdos de la inauguración, en 1980, de las primeras seis salas de abordaje que permitieron a los pasajeros subir al avión a través de un puente y no como se hacía antes por medio de gradas instaladas en la pista de aterrizaje.
Según reportó La Nación en 1980, esos espacios costaron ¢18 millones.
Otras memorias muy presentes para Campos son la primera vez que vio un avión, su primer vuelo y visitas de famosos al país.
La llegada del Papa Juan Pablo II en 1983 ocupa un lugar especial en su mente.
“Ese día yo salía a las seis de la mañana, pero no me podía perder la llegada del Papa y decidí quedarme hasta que llegara, recuerdo que todos los empleados estábamos muy emocionados, por un rato el aeropuerto se paralizó”, narró el electricista.
Una época.
Luis Araya, expresidente del Consejo Técnico de Aviación Civil (Cetac), explicó que trasladar el aeropuerto de La Sabana a Alajuela marcó el inicio de la historia moderna de la aviación en Costa Rica.
El Cetac es el ente técnico que supervisa la aviación civil en el país.
Entre 1937 y 1958 todo el tráfico aéreo del país llegaba a La Sabana. Sin embargo, el lugar no reunía las condiciones para recibir aeronaves grandes y mayor número de pasajeros.
Luego de varios años de estudios técnicos se decidió colocar la nueva terminal aeroportuaria al sur de la ciudad de Alajuela y bautizarla como El Coco.
Durante los primeros años de operación, El Coco recibió naves más grandes tipo DC-6 y Convair 340 y en La Sabana siguieron aterrizando aviones pequeños.
“El aeropuerto de El Coco asumió las operaciones internacionales que en aquella época tenía el aeropuerto de La Sabana, ahí arranca la historia moderna de la aviación en Costa Rica” expresó Araya, quien estuvo al frente del Cetac entre 1982 y 1986, 1988 y 1990 y 2010 y 2013.
Administradores
Desde 2001, el Estado cedió la construcción del aeropuerto Juan Santamaría a la empresa Alterra Partners en un contrato que incluía obras de ampliación y modernización del inmueble.
No obstante, en 2003 la compañía alegó problemas financieros y paralizó los trabajos en la terminal aérea.
En febrero de 2006, luego de varios años de disputas legales entre el Cetac y la firma, se anunció la reactivación de las obras.
El reinicio ocurrió tras una orden de la Contraloría General de la República en la que concluyó que el déficit financiero de Alterra Partners no era una razón válida para frenar la ampliación.
Finalmente, en junio de 2009 Alterra Partners decide dar un paso al lado y vende la operación del aeropuerto a Aeris Holding Costa Rica S.A., quien tendrá a cargo el sitio hasta el 2026.
La empresa ha sacado adelante los trabajos de ampliación y modernización de la terminal.
Una de las últimas mejoras fueron dos salas de abordaje para aviones de cuerpo ancho. Este tipo de aeronaves tiene fuselajes de un diámetro de hasta seis metros, posee dos pasillos y tiene capacidad superior a los 300 pasajeros.
Las mejoras tuvieron un costo de $19 millones y abarcan 3.758 m² de construcción y amplían la capacidad del aeródromo en un 20%.
Rafael Mencía, director ejecutivo de Aeris, declaró que están muy satisfechos con el rendimiento del aeropuerto y su experiencia en Costa Rica.
“Hoy en día podemos decir que tenemos uno de los mejores aeropuertos de Centroamérica y el Caribe (...) este aeropuerto ha crecido al ritmo que marca el tráfico internacional y la demanda de pasajeros”, aseveró Mencía.
De los 4,3 millones de pasajeros que utilizaron el Santamaría en el 2016, el 36% eran costarricenses.