El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) informa que se encuentra el paso completamente cerrado en la zona Norte, específicamente a 2 kilómetros hacía la represa del Arenal, esto en la ruta nacional 142. El cierre de la vía se debe a un deslizamiento que se produjo en horas de la tarde de ayer, por lo tanto, se le recomienda a los usuarios tomar como vía alterna la ruta 747 (lastre) antes de Nuevo Arenal que dirige hacia Guatuso, posteriormente continuar hasta llegar a la Fortuna de San Carlos.
Los geólogos de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) identificaron un mapa complicado: el 60% del territorio costarricense es propenso a derrumbes.
Esto ocurre por el tipo de suelos, la erosión, la topografía quebrada, volcanes y ríos que junto al pico de lluvias en octubre y noviembre, hacen que este extenso terreno sea propicio para un desastre, advirtió la CNE.
De acuerdo con el geólogo Lidier Esquivel, encargado del Área de Investigación y Análisis de Riesgo en la CNE, la fragilidad de los terrenos provocan derrumbes que a veces pueden ser pequeños, pero también de grandes dimensiones.
Hace menos de 15 días, luego de intensas lluvias, la ruta entre San José y Limón fue afectada en una noche por 40 deslaves que dejaron a 1.200 personas atrapadas.
Esquivel aseguró que este hecho es producto del pico de la estación lluviosa que comenzó en setiembre y se intensifica en los dos meses siguientes.
“Esperamos un octubre muy lluvioso y se van a dar problemas en el Valle Central. Hacia finales del año se va a dar una disminución de lluvias en el centro del país, esperamos que no se den muchos eventos”, expresó el geólogo.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) pronosticó para este mes aguaceros intensos en el centro del territorio.
Según Esquivel, los comités locales de emergencias mantienen vigilancia sobre las áreas de riesgo. Los cerros de El Tablazo, en Desamparados; El Burío, Tapezco y Chitaría, en Santa Ana; Cascabela en Alajuelita; Calle Lajas en Escazú, y varios sitios en Coronado y en la parte norte de Montes de Oca son algunas de las zonas identificadas por la CNE como de alto peligro.
En la lista también figuran los cerros de La Carpintera, en Cartago, así como sectores de Turrialba y Pérez Zeledón.
Henry Solís, vecino de Matinilla, en Santa Ana, convive con esta preocupación. Él y su familia tuvieron que evacuar cuando el cerro Chitaría llenó sus casas de barro y las destruyó hace casi dos años.
“Aquí vivimos en peligro, pero no tenemos dónde ir y tampoco las autoridades nos ofrecen soluciones claras”, dijo Solís.
David Meléndez, director de Emergencias del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), consideró que en todo el año las principales carreteras se ven afectadas por cierres parciales o permanentes por los derrumbes.
Las rutas 32 (Limón –San José), 1 (Interamericana norte), 2 Interamericana sur) y 27 (San José–Caldera) son algunas.
“Siempre tenemos maquinaria trabajando. No en vano el MOPT tiene un departamento dedicado a emergencias, esto es consecuencia de esa alta incidencia de derrumbes y deslaves. Somos un país montañoso”, explicó Meléndez.