El canciller de la República, Manuel González, calificó de “lamentable” que la crisis humanitaria de cientos de migrantes cubanos sea usada por Nicaragua “políticamente”.
Esas fueron sus palabras ayer luego de informar que ese país cerró la frontera con Costa Rica, en Peñas Blancas, para impedir el paso de los isleños en su travesía desde Ecuador hasta los Estados Unidos. González dijo que el Gobierno Daniel Ortega usó un “ejército con ametralladoras” para devolver a unas 700 personas que habían logrado cruzar el puesto fronterizo.
“No es un favor que le están haciendo a Costa Rica, es el cumplimiento de obligaciones. Son los derechos de casi 2.000 personas los que se ven afectados por manejar esto desde el punto de vista de la relación bilateral entre los dos países. Merece el reproche de la comunidad internacional”, manifestó el canciller.
González tampoco descartó que la actitud del Gobierno de Nicaragua sea una provocación a Costa Rica, porque en los últimos meses ese país ya había permitido el paso de cientos de migrantes.
Nicaragua divulgó un comunicado en el cual acusó a Costa Rica de causar una crisis humanitaria en Centroamérica, con el otorgamiento de unas 1.500 visas de tránsito a los viajeros cubanos.
“Desde el punto de vista oral reaccionan con exabruptos y palabras acusadoras a Costa Rica, reclamándole su flexibilidad y su política migratoria, política que, dicho sea de paso, durante 40 años los ha beneficiado a ellos", declaró el canciller.
Las autoridades costarricenses analizan las acciones que puedan ejecutar en las próximas horas en el entorno internacional, para buscar una salida a la crisis.
El cierre de la frontera, por parte del Gobierno nicaragüense, no solo truncó el viaje de los isleños, sino que también afectó el tránsito normal por ese puesto.