San José
Durante sus primeras horas como candidato presidencial de Acción Ciudadana (PAC), Carlos Alvarado Quesada echó a andar una tarea forzosa.
El periodista, politólogo y aspirante presidencial de 37 años, quien fue ministro de Desarrollo Humano y luego de Trabajo, trata de reunir en torno a él al sector afín al fundador del partido y actual diputado, Ottón Solís Fallas quien, hasta ahora, ha estado lejano al Gobierno de Luis Guillermo Solís, de donde proviene y al que defiende Alvarado.
Este lunes al mediodía, en sus primeras declaraciones, el candidato estableció como una meta a corto plazo contar entre las filas de su campaña al legislador josefino y tres veces candidato presidencial del PAC, a quien quiere como su "cercano consejero" en este proceso rumbo a las elecciones presidenciales del 4 de febrero.
También adelantó que desea abrir canales fluidos de comunicación con líderes cercanos a Ottón Solís, como la diputada Epsy Campbell y el exdefensor de los habitantes, Rodrigo Alberto Carazo, entre otros.
Hasta ahora el acercamiento entre Alvarado y Solís Fallas no ha pasado de algunos mensajes de texto de felicitación después de que el exministro ganara la convención de este domingo con un 57% de los votos a su favor, frente a un 43% de Welmer Ramos, el exministro de Economía afín a los principios fundacionales de Ottón Solís.
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Pero el candidato espera que la relación con el ottonismo empiece a crecer a partir de la próxima semana, cuando espera reunirse con Solís Fallas, a quien dice respetar desde que lo conoció hace 15 años en las lides partidistas, y de quien afirma haber aprendido "mucho".
Alvarado, en ese afán, empezó a preparar el terreno para el encuentro suavizando dos realidades que, por sólidas, han sido incuestionables hasta ahora: el alejamiento entre Ottón Solís y Luis Guillermo Solís por los constantes ataques y cuestionamientos del primero hacia la gestión presidencial, y el concepto de "cambio" del que se apropió Luis Guillermo Solís para llegar a la Presidencia de la República en el 2014. Alvarado defendió esa misma bandera durante su precampaña.
En cuanto a los golpes del fundador del PAC al gobierno del presidente Solís, afirmó que las críticas son simplemente producto de su estilo fiel al resguardo de la ética con la que el partido entró a la escena política en el 2000 y que, por lo tanto, son subsanables.
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Alvarado defiende ese argumento a pesar de que Ottón ha denunciado al Gobierno por cometer desde ambivalencias ideológicas y éticas, hasta por participar en pactos en los que el PAC se comprometió, desde su fundación, a no entrar por considerarlos propios de la política tradicional. El diputado también ha acusado actos administrativos del Gobierno y de los diputados oficialistas cercanos a Zapote por considerarlos como hechos de corrupción.
Sobre el "cambio" que defiende y promueve, Alvarado se esforzó por explicar que para él ese proceso empezó con el nacimiento del PAC de la mano de Ottón Solís, a pesar de que esa idea llegó a la agenda política de la mano de Luis Guillermo Solís. Ese fue su caballo de batalla durante la campaña política del 2014, proceso en el que Alvarado fue director de comunicación del partido.
"Ahí donde puede haber alejamiento (entre los postulados de Ottón Solís y los de Luis Guillermo Solís) privará el entendimiento y, además, este es un tema que no hay que perder de vista: yo a don Ottón lo conozco desde hace 15 años, y creo que nuestra relación política no empezó en el 2014 con mi participación en el Gobierno, entonces, eso no se puede perder de vista. Yo fui parte del Gobierno del 'cambio' pero también fui parte de las campañas que pelearon por ese 'cambio' con Ottón Solís, entonces, me siento legítimamente parte de esta historia, no solo en su último capítulo, sino, en sus capítulos iniciales", alegó.
Welmer Ramos criticó a Alvarado durante la prencampaña por tomar prestado el estandarte del "cambio" porque, según el exprecandidato, lo que pretende su ex rival es darle una continuidad al Gobierno actual; sin enriquecer su propuesta programática.
El candidato ahora dice que su propuesta de continuidad del cambio incluye lo hecho y propuesto por Ottón Solís.
"(El cambio) no es solo lo que ha pasado en Costa Rica desde el 2014, sino que es lo que ha venido ocurriendo en el transcurso de este siglo. Lo pongo en un contexto que va desde la creación del PAC, aunque fue Luis Guillermo Solís el que lo propuso durante la campaña pasada. El cambio también son acciones que se ejecutaron desde la oposición y que se materializan durante el primer gobierno del PAC", remarcó.
Carlos Alvarado dice que su deseo es salvar los elementos positivos del cambio en materia ética, de igualdad y eficiencia del Estado, para profundizarlos en un segundo mandato.
Pero, ¿puede el candidato dar las puntadas necesarias para cerrar las heridas entre las tendencias del "cambio" y la fundacional de Ottón Solís, en aras de llegar al 2018 con un PAC unido en el objetivo de seguir gobernando?
El aspirante dice que ese es su propósito: "(Luis Guillermo y Ottón Solís) no son ni dios ni el diablo, son actores importantes que, tal vez, han tenido desencuentros. Pero mi aspiración no es ser una ni uno ni otro, mi aspiración y mi realidad hoy es ser el candidato del partido. Yo ya no soy del Gobierno ni el asesor de Ottón Solís, yo soy ahora el candidato, es una nueva posición y pretendo ejercer mi liderazgo", afirmó.
Alvarado zanjó con el argumento de que entiende cabalmente la posición crítica que hasta ahora ha tenido Ottón Solís, así como dijo comprender porqué el Gobierno no se ajustó un cien por ciento a los principios que dieron vida al PAC.
Ambigüedad en temas nacionales. Al consultársele sobre asuntos de impacto general que están pendientes de una solución, Carlos Alvarado no mostró ninguna propuesta concreta para gestionarlos durante un eventual gobierno suyo a partir del 8 de mayo del 2018.
Así ocurrió, por ejemplo, al preguntársele cómo abordaría el problema del déficit fiscal del Gobierno Central (5,2% del producto interno bruto a diciembre del 2016) en caso de que la actual administración no logre una solución en lo que le queda de su periodo. Aquí se limitó a decir que cree que los candidatos presidenciales deben ejercer su mando en sus respectivos partidos para anteponer el interés nacional al político electoral y que una eventual reforma fiscal debe ser progresiva.
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El candidato repitió sus respuestas cautelosas cuando se le preguntó si eventualmente mantendría el freno a la negociación de nuevos tratados de libre comercio, como ha sido la tónica durante el gobierno de Luis Guillermo Solís. Alvarado sí recalcó que abogaría por una estrecha cooperación entre el sector público y el privado con el fin de sacar mayor provecho a las herramientas comerciales.
Cuando se le planteó si repetiría acciones polémicas en este campo, como el cierre de la frontera a la importación de aguacate Hass desde México—una decisión que el sector empresarial califica como proteccionista para beneficiar a los productores nacionales—Alvarado defendió los mismos argumentos del actual Gobierno de que la directriz se emitió por razones fitosanitarias y no políticas.
Y, al proponérsele un escenario hipotético en el que le correspondería como presidente enfrentar la amenaza de los autobuseros de suspender el servicio de transporte público alegando que las tarifas que cobran son ruinosas, el candidato del PAC contestó que la solución a ese diferendo sería implementar de inmediato el cobro electrónico para determinar cuáles son en realidad los ingresos de las compañías concesionarias de las rutas.
Entrevista
Carlos Alvarado: 'Soy heredero legítimo del Solís que quebró el bipartidismo y del Solís que derrotó al bipartidismo'
Gerardo Ruiz R.
Don Ottón Solís ha sido muy huraño con el gobierno actual. Usted viene de ese gobierno y es el heredero del "cambio", una tendencia que a don Ottón no le ha agradado en muchos aspectos. ¿Cuál es el plan para acercar al fundador del PAC en esa tesitura?
Lo veo como una integración del partido, no me preocupan tanto sus posiciones éticas o programáticas porque son las que están en mi convicción. Entonces, ahí donde puede haber alejamiento privará el entendimiento y, además, este es un tema que no hay que perder de vista: yo a don Ottón lo conozco desde hace 15 años, y creo que nuestra relación política no empezó en el 2014 con mi participación en el Gobierno, entonces eso no se puede perder de vista.
"Yo fui parte del Gobierno del cambio pero, también, fui parte de las campañas que pelearon por ese cambio con Ottón Solís (como candidato). Entonces, me siento legítimamente parte de esta historia no solo en su último capítulo, sino, en sus capítulos iniciales.
Entonces, ¿Carlos Alvarado está bien con dios y con el diablo? ¿Puede acabar con las diferencias entre ambas tendencias?
No son ni dios ni el diablo (Luis Guillermo Solís y Ottón Solís). Son actores importantes que tal vez han tenido desencuentros pero mi aspiración no es ser uno u otro. Mi aspiración y mi realidad hoy es ser el candidato del partido. Yo ya no soy del Gobierno ni el asesor de Ottón, yo soy ahora el candidato, es una nueva posición y pretendo ejercer mi liderazgo.
¿Se va a reunir con Ottón Solís?
Es un hecho que nos reuniremos, además de él, con otras figuras.
¿Es un coqueteo con Ottón Solís adelantar que en un eventual gobierno suyo usaría el código de ética del PAC para reglar las actuaciones de su Gabinete?
No, esa es una realidad, ese código yo lo suscribí desde antes de ser ministro o candidato, es más, yo me guié por ese código cuando fui ministro, entonces, para mí no representa ninguna innovación. En la carta que yo envío al grupo PAC PAC (que le pidió aclarar su posición sobre los postulados éticos), yo hago un único matiz en relación al código de ética, que es adelantar que yo, como presidente, instauraré el salario único para jerarcas (del Poder Ejecutivo) para evitar todos los problemas que ya conocemos y el único salario que no se modificará será el de presidente, para no incurrir yo en una violación del código, es una reforma que se necesita, pero por ejemplo, que el Consejo de Gobierno conozca los viajes de los ministros eso lo implementaré, que los pasaportes diplomáticos solo se usen en visitas oficiales, así lo hice siendo ministro y así lo implementaré como presidente.
¿Ha sido terco Ottón Solís en sus posiciones críticas hacia el Gobierno?
Ha sido vehemente y eso incomoda y eso genera una fricción. Es su estilo.
¿En cuáles de sus señalamientos está de acuerdo?
Entiendo que su posición es en resguardo de la ética partidaria, ese es su objetivo primordial y desde esa posición lo entiendo. También entiendo la posición del Gobierno que es sacar adelante la tarea en un escenario agreste y eso también lo entiendo. Entonces, mi valoración es que en esa complejidad lo hemos hecho bien, aunque es perfectible. Con ese aprendizaje y con mi liderazgo aspiro a hacerlo mejor. Yo siempre he dicho que un segundo gobierno del PAC debe ser mejor que el primero. Eso es un imperativo.
"Yo me siento heredero legítimo del Solís que quebró el bipartidismo y del Solís que derrotó al bipartidismo, pero a mí lo que me toca no solo es unir el partido, sino, hacer que el PAC se convierta en el partido central del Siglo XXI. Eso es lo que a mí me toca como líder del partido. Es pasar de ser la alternativa emergente a ser el partido que guíe a Costa Rica por lo que debo hacer una síntesis de lo mejor de ambas tradiciones y lograr un estilo propio y que trascienda, esa es mi aspiración. Yo no creo en la dicotomía de unos contra otros, es la síntesis de lo mejor de esa historia del PAC.
¿Los escándalos que enfrenta el Gobierno hoy, como la importanción del cemento chino y lo que ocurre en la fijación de tarifas de transporte público pueden afectar su campaña? ¿Tiene temor de eso?
No, si tuviera miedo no me hubiera metido en esto. Cuando yo tomé la decisión (de ser precandidato) fue en el momento en que la imagen del Gobierno estaba peor. Yo hago esto porque estoy convencido y sé que si al Gobierno y al PAC les va bien o mal eso va a afectar mi proceso. No me meto a la lucha a partir de esa conveniencia, me meto porque creo.
"El tema del cemento chino hay que investigarlo a fondo a partir de los órganos existentes, y en el caso del transporte público lo mejor es implementar ya el pago electrónico, que sería la forma para tener elementos objetivos para saber si estas tarifas son ruinosas o no".