El presidente Luis Guillermo Solís y su homólogo cubano Raúl Castro coincidieron ayer en la urgencia de encontrar una salida “lo antes posible” para los poco más de 5.000 migrantes de la Isla, varados desde hace un mes en la frontera norte del país, limítrofe con Nicaragua.
Se requiere “una solución adecuada que tome en cuenta el bienestar de los ciudadanos cubanos concernidos y contribuya a garantizar una migración legal, segura y ordenada”, señaló la Cancillería de Cuba en un escueto comunicado de prensa.
Previo al encuentro con Castro en La Habana, Solís dijo estar “esperanzado” en que los países de Centroamérica, especialmente Nicaragua, Guatemala y Belice, reaccionen y permitan, antes de este viernes, el paso de los isleños en su éxodo hacia Estados Unidos.
“Estamos trabajando intensamente en el plano diplomático para lograr acuerdos que permitan la salida de los cubanos ” , antes de la cumbre del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) que se celebrará pasado mañana, en El Salvador, afirmó el mandatario nacional.
En esa cita regional, Solís planea achacar a sus homólogos la falta de solidaridad para buscar una solución a la crisis humanitaria, provocada por el arribo masivo de cubanos que atraviesan parte de Suramérica, Centroamérica y México, con el fin de llegar a los Estados Unidos.
El presidente dijo sentirse “defraudado” porque no se ha cumplido con “el espíritu del (acuerdo de) entendimiento” que los países centroamericanos, “incluidos los que hoy se niegan”, suscribieron, en octubre pasado, por solicitud de Costa Rica, para facilitar el “tránsito seguro” de los migrantes de Cuba.
Insistencia. Por su parte, Raúl Castro volvió a criticar la Ley de Ajuste Cubano, la cual motiva la salida de los miles de cubanos de la Isla, pues dicha legislación establece que cualquiera que ponga un pie en Estados Unidos, debe ser recibido.
“La política de pies secos-pies mojados, el Programa de Parole para el Personal Médico Cubano en terceros países y la Ley de Ajuste Cubano, alientan la emigración ilegal, ponen en peligro la integridad de los migrantes y son discriminatorios respecto a los demás países de la región y generan serios problemas para nuestras naciones y los propios EE. UU., cuyos gobiernos han sido los responsables de la situación creada”, añade el comunicado oficial del Gobierno isleño.
A la fecha hay poco más de 5.000 migrantes cubanos en suelo tico, de los cuales unos 4.000 están ubicados en 29 albergues.
Otros cientos hacen fila para ingresar a Costa Rica por el puesto fronterizo en Paso Canoas, zona limítrofe con Panamá.
El encuentro entre Solís y Castro se dio en el marco de la primera visita oficial que hace un presidente costarricense a La Habana desde 1943, cuando acudió Rafael Ángel Calderón Guardia.
Para Solís significó el “finiquito” de un proceso de normalización en las relaciones bilaterales que se inició en el 2009.