San José
Dos días después de que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, declarara estar dispuesto a normalizar las relaciones con Costa Rica, el presidente Luis Guillermo Solís le respondió que para ello se necesitan hechos y no solo buenas intenciones.
Este miércoles, Solís afirmó que espera dos señales concretas para creer en el mensaje de conciliación que lanzó Ortega el 5 de diciembre, mientras recibía las credenciales del nuevo embajador tico en Managua, Eduardo Trejos.
"Esa confianza se basa, principalmente, en cosas concretas. ¿Cuáles son los hechos concretos que yo esperaría que sirvan de base para reconstruir esa relación? En primer lugar, el pago de las indemnizaciones que fueron ordenadas por la Corte Internacional de Justicia a Nicaragua y un segundo tema, pero no menos importante, el retiro definitivo e incondicional del personal militar nicaragüense que se encuentra ubicado en un pequeño campamento que está en territorio costarricense y que ya fue denunciado por la Cancillería en una declaración de hace pocos días", subrayó.
LEA: Presidente de Nicaragua dispuesto a pagar daño ambiental en humedal de isla Calero
El canciller Manuel González secundó lo dicho por el presidente de la República y, pese a que una de las condiciones es el pago de la indemnización por daño ambiental, dijo que si los signos son satisfactorios, Costa Rica podría hasta "abrir un compás de espera" adicional para que Nicaragua le cancele una indemnización de $6 millones por los daños ambientales provocados en isla Calero, cuando personal nicaragüense abrió canales artificiales en un humedal que fue invadido en el 2010.
La Cancillería afirma que "hace meses" envió a Managua el estudio que fundamenta el cobro, cuyo plazo de cancelación vence el 16 de diciembre.
"Es positivo (lo dicho por Ortega). Pasemos de las palabras a los hechos, trabajemos dentro de esos hechos de manera comprometida, clara y en un plazo corto, sobre la indemnización que corresponde a Costa Rica. El presidente Solís, en este aspecto, ha hecho una referencia digna de resaltar y es que Costa Rica no tendría objeción alguna de que, de manera bilateral, o inclusive, con la participación de organismos internacionales, sean estos financieros o no, podamos desarrollar proyectos transfronterizos de modo tal que ese dinero beneficie a ambos países en la zona fronteriza", recalcó el canciller.
La relación entre ambas naciones empeoró desde octubre del 2010, cuando Costa Rica denunció una invasión del ejército de Nicaragua a isla Calero, en el Caribe norte, con el pretexto del dragado del río San Juan. El litigio lo resolvió la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a favor de Costa Rica el 16 de diciembre del año pasado, condenando a Nicaragua a pagar los daños, reconociendo la soberanía costarricense sobre isla Portillos (extremo norte de isla Calero) y declarando que Managua cometió una invasión.
En cuanto al campamento militar, el 17 de noviembre Costa Rica envió una de protesta al gobierno de Ortega por el establecimiento de un campamento militar nicaragüense en la barra de arena que separa el mar Caribe de laguna Los Portillos. San José alega que los militares están en suelo costarricense, mientras que el país vecino lo niega.
LEA: Costa Rica espera diciembre para cobrar a Nicaragua indemnización por daños en isla Calero
Visita sí, pero después. Luis Guillermo Solís agregó que lo dicho por Ortega el 5 de diciembre va en la misma línea de su pensamiento de que las relaciones entre Costa Rica y Nicaragua "no tienen causal de divorcio".
"El Gobierno de Nicaragua y el de Costa Rica debemos garantizar todas las condiciones para que esas relaciones se desarrollen en un marco de seguridad, de respeto, de confianza y de mutuo provecho y, por lo tanto, mi primera valoración sobre las declaraciones del presidente Ortega es positiva. Son signos positivos, de un esfuerzo por mejorar las relaciones bilaterales", afirmó Solís.
No obstante, el mandatario insistió en que el mejoramiento de relaciones debe ser gradual y basado en hechos y no en buenas intenciones, porque, según Solís, hoy no existe confianza en la relación entre ambas naciones.
Solís agregó que Costa Rica no está dispuesta a entrar en este momento dentro de las expectativas que pintó Ortega de visitas recíprocas presidenciales, para no distraer el proceso de reconstrucción de las zonas fronterizas afectadas por el paso del huracán Otto hace dos semanas.
"Una vez que hayamos terminado el proceso de definición de las prioridades del plan nacional de reconstrucción por los efectos del huracán, es decir una vez que hayamos terminado el plan y terminado de normalizar la situación de nuestras comunidades, si el presidente Ortega deseara venir a Costa Rica, podemos arreglar esa visita por la vía diplomática, también con pleno apoyo de nuestra embajada en Managua", adelantó.
Incluso, el presidente mencionó la posibilidad de utilizar el pago de la indemnización ordenada por la Corte de La Haya para echar a andar planes económicos bilaterales.
"El gobierno no tiene objeción para que ese pago pueda conllevar, y esto lo podemos explorar por la vía diplomática, la definición de formas innovadoras que permitan no solamente mitigar el daño, sino también fortalecer, ya sea en el marco de acuerdos bilaterales o con el apoyo de organismos financieros internacionales, el desarrollo de proyectos de cooperación transfronteriza, invirtiéndose entonces esos recursos en las zonas aledañas a la isla Calero y a otros lugares de la frontera, para mejorar la calidad de vida de la gente. Nosotros quisiéramos explorar eso, podemos hacerlo si estas acciones positivas fueran aceptadas por Nicaragua, y se produjera el retiro inmediato de los soldados nicaragüenses de isla Calero", dijo.
¿Tarde? Por su parte, el vicepresidente de la Asamblea, el libertario José Alberto Alfaro, más bien lamentó que el gobierno de Solís no se hubiese pronunciado sobre el deseo de Ortega de restablecer relaciones.
Alfaro fue el legislador que organizó una visita de diputados costarricenses a la Asamblea Nacional de Nicaragua, pese a que la Presidencia y Cancillería advirtieron de la inconveniencia del viaje, en momentos de frías relaciones por conflictos como los de isla Calero y la definición de límites marítimos.
"Es deber tanto de nicaragüenses como de costarricenses propiciar un espacio amistoso para el diálogo y, si ya el presidente Ortega dio un primer paso en esa dirección, al manifestar que respetarán el fallo de La Haya sobre el pago de los daños ocasionados en Calero, así como el deseo de normalizar las relaciones políticas entre los pueblos; lo mínimo que se espera de parte de nuestro gobierno es una reacción positiva", dijo el diputado en un comunicado.
"Me extraña mucho la actitud tan reservada del presidente Solís y del canciller González, pues cuando se dio a conocer que se realizaría un encuentro interparlamentario en Managua, ellos fueron de los primeros en reaccionar al respecto", añadió.