El canciller, Manuel González, acusó esta tarde al gobierno de Nicaragua de bloquear cualquier propuesta de solución a la crisis de los migrantes cubanos varados en Costa Rica.
"Lamentablente, a pesar de que estábamos reunidos 12 países, un país, Nicaragua, sin hacer ningún aporte, bloqueó el llegar a un acuerdo razonable", dijo González a la salida de la reunión de cancilleres del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), en San Salvador, y en la que también participaron los cancilleres de Cuba, Ecuador, Colombia, México y República Dominicana.
Los cancilleres se reunieron en dos sesiones en el aeropuerto internacional Monseñor Oscar Arnulfo Romero, en busca de una solución a la emergencia migratoria que al día de hoy martes ya aglomera a cerca de 3.500 cubanos en suelo costarricense, a la espera de que Nicaragua les permita el paso hacia Estados Unidos.
"Yo tengo que decir las cosas como son. Hoy el SICA recibió una puñalada y quien lo ha hecho, se debe responsabilizar por esto. Es inaceptable jugar con el dolor de las personas", dijo en alusión a la posición de Nicaragua de no permitir el paso de migrantes cubanos.
González no escatimó en cuestionar la posición de Nicaragua, y recalcó que, más que debatir sobre migrantes, se trata del sufrimiento y la esperanza de las personas que quedaron varadas al lado de la frontera costarricense.
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"Es irónico que Nicaragua venga a hablar y defender a los migrantes centroamericanos y bloquear una solución razonable cuando, ni siquiera, han atendido la migración de miles de nicaragüenses hacia Costa Rica durante décadas y que más bien ha señalado a nuestro país, según ellos, por no ser 'solidario'", agregó González.
El canciller de El Salvador, Hugo Martínez, dijo que, de momento, la solución coyuntural debe ser bilateral, de acuerdo con los mecanismos que tengan a bien los países que quieran colaborar.
Al principio de la jornada e l vicecanciller de Nicaragua, Dennis Moncada, aseguró que la posición de su país sobre los migrantes cubanos es "invariable", con lo que reafirmó la decisión del gobierno de Daniel Ortega de cerrar su frontera a los isleños, pese a los llamados de la iglesia Católica centroamericana y de la disposición de los demás países del área de colaborar en una solución integral.
En ascuas. Mientras tanto, en la zona norte de Costa Rica, las autoridades encargadas de emergencias y atención de pobreza trabajan junto con iglesias y grupos sociales para dar atenciones básicas en una docena de albergues a miles de hombres, mujeres y niños que siguen a la espera de que Nicaragua abra la frontera.