Los 74 migrantes cubanos que se albergan en la iglesia Betel se enteraron este martes por la noche de la decisión tomada por Belice y Guatemala de impedirles el paso por sus territorios en su éxodo hacia Estados Unidos.
La noticia no hace más que aumentar la desesperación y la zozobra entre este grupo, uno de los 26 que son atendidos en albergues de Liberia, La Cruz, Guatuso, Upala, Los Chiles, San Ramón y Zarcero.
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"Los gobiernos nos están lanzando a los coyotes", dijo Giovanny Aguilera, uno de los 74 cubanos atendidos en el albergue de Betel, en el barrio Nazareth de Liberia. Él viaja solo y llegó a Costa Rica un día después de que Nicaragua cerrara sus frontera al paso de los cubanos, el 16 de noviembre.
Para él lo que hay es falta de voluntad política por parte de los gobiernos de la región. "No les interesa el destino de los 6.000 cubanos; Hoy necesitamos nosotros, pero mañana pueden ser otros. Ni siquiera les interesa desde el punto de vista humanitario. Somos miles los que estamos saliendo de Cuba", indicó.
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A este licenciado en educación lo espera su único hermano en Estados Unidos. El joven dejó en Cuba esposa, hija y padres.
Otros cubanos de ese mismo albergue, que no se quisieron identificar, coincidieron con Aguilera en que esta situación va a obligar a muchos –ya muy desesperados– a contratar servicios de coyotes (personas que ilegalmente cobran elevadas sumas de dinero para ayudar a los emigrantes a atravesar territorios), o a lanzarse por sus propios medios a territorios desconocidos para avanzar hacia su destino final.
Hasta ayer a avanzadas horas de la tarde, cientos de cubanos instalados en los albergues de La Cruz en Guanacaste esperaban, como todos los martes, recibir alguna noticia que les diera esperanza para poder continuar con su viaje. Sin embargo, como ya se ha vuelto costumbre cada martes, este 8 de diciembre recibieron otra negativa.
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Yordanis Boza, quien viaja con su esposa y dos hijos de tres y 11 meses de edad, sostiene que en su caso no arriesgará a su familia a un viaje inseguro. Él permanecerá el tiempo que sea necesario en el albergue mientras se resuelve esta situación.
La encargada municipal del albergue, quien no se quiso identificar, dijo que por ahora este albergue esta a su capacidad máxima; ya no se puede recibir a más personas. La preocupación en este sitio como otros que atienden las necesidades básicas de los cubanos es que la crisis se extienda más tiempo, pues ya no hay más sitios con condiciones para recibir masivamente a estas personas.
Al menos una persona de las que son atendidas en el colegio bilingüe de La Cruz se declaró en huelga de hambre como medida para presionar una pronta solución a la crisis que ha desatado el éxodo cubano.
Se trata de Luis Alberto Pérez Cepero de 45 años, contador, quien desde hoy en la mañana tomó la medida y no descarta que otros coterráneos la sigan.
En el cantón de La Cruz, varios cubanos consultados por La Nación reclaman una salida pronta.
Saraiz Carrasco dijo que no quieren ningún corredor humanitario, pues la mayoría puede pagar su transporte y exigió al gobierno costarricense que no les mientan más.
Carlos Jiménez Febles, quien esta en el albergue del colegio bilingüe de La Cruz, describió la situación como desesperante y encaró al gobierno de Costa Rica porque para él el manejo de esta situación ha demostrado la poca influencia que al menos a nivel diplomático tiene el país.