La Cruz, Guanacaste Los intentos de los migrantes cubanos por salir de Costa Rica de la mano de coyotes, se volvieron pan de cada día en la frontera norte.
Cada vez son más los isleños que optan por el tránsito ilícito y el pago de cientos de dólares para evadir el bloqueo que les impuso Nicaragua desde el pasado 15 de noviembre.
“La gente está desesperada. El hecho de que no haya solución alguna para la salida de nosotros ha ocasionado que muchos caigan en las manos de los coyotes”, relató Osmani, un administrador de empresas, que prefirió no revelar su apellido, porque su familia no sabe que está en Costa Rica.
Él ha sido testigo de múltiples intentos —la mayoría fallidos— de sus compatriotas por cruzar la frontera nicaragüense, sin importar los riesgos y cuánto tengan que pagar.
“Algunos logran llegar a Honduras, pero la mayoría no. Todo el mundo aquí sabe lo que está pasando con los cubanos. Los coyotes los están estafando. Uno los ve que salen del albergue y a los días u horas regresan sin dinero; a otros les roban todas sus pertenencias”, agregó.
Eso fue lo que le sucedió a Milady García. Ella intentó a atravesar Nicaragua junto con su esposo y otras 40 personas. Para ello, cada uno tuvo que pagar $450 (¢243.000) al traficante, quien prometió sacarlos “por el monte”.
Sin embargo, tras varias horas de caminata nocturna, los dejaron tirados en medio de la nada.
“Todo fue una mentira, una estafa. Estuvimos caminando cuatro días hasta que nos encontró un campesino y nos cogió el Ejército y nos devolvió para acá; nos dijeron que ahorita venían por nosotros y nunca llegaron”, comentó García.
Una situación similar le pasó a una pareja de cubanos de 23 y 26 años, quienes se reservaron sus nombres ante el temor de que el coyote costarricense que los estafó tome represalias. Ellos pagaron en conjunto $800 (¢432.000), aunque hay personas que han desembolsado más de $1.000 (¢540.000).
“Nos dejaron tres días en el monte sin agua ni comida. Creo que llegamos a San Juan del Norte. Ahora, el coyote de nombre José no aparece, todo el mundo lo anda buscando. Solo un cubano lo encontró y lo amenazó con una pistola. Uno lo contactó en una soda que queda aquí afuera”, comentó uno de los migrantes.
Otros se inclinan por brincarse el puesto fronterizo de Peñas Blancas por cuenta propia para tratar de seguir a Estados Unidos, donde la Ley de Ajuste Cubano ordena recibirlos si entran por vía terrestre. Así lo hizo Dalia Cruz, quien emprendió la travesía junto con su hermana gemela y su hijo de tres años.
“Nos cogieron en Nicaragua los del Ejército y nos devolvieron; estábamos en la carretera de Managua después de 12 horas de caminar, fue traumático”, aseguró Cruz, sin precisar en los detalles.
Todos coinciden en que el obstáculo para poder continuar el recorrido es pasar Nicaragua, pues conocen gente que llegó en los últimos días a Estados Unidos.
Una migrante, a quien una periodista de La Nación conoció el 8 de diciembre en Peñas Blancas, relató el miércoles que llegó con su pareja y un grupo de 125 cubanos a Honduras, luego de caminar por el monte y de pagar a un coyote $1.200 (¢648.000) cada uno. Como evidencia, envió dos fotografías.
Vox populi. La exposición de los migrantes cubanos al coyotaje es vox populi en zona norte del país. En el puesto fronterizo de Peñas Blancas es usual ver camiones del Ejército nicaragüense devolviendo isleños todos los días.
Allí, la mayoría de personas, incluidos funcionarios, conocen las rutas que utilizan y las tarifas que pagan. Incluso, la Fuerza Pública instaló oficiales fuera de los albergues de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) para, entre otras cosas, evitar que los coyotes hagan negocio.
Han transcurrido 40 días desde que el gobierno de Daniel Ortego impidió el paso de los cubanos por su territorio, medida que después también adoptaron Guatemala y Belice.
Ahora las esperanzas están centradas en una reunión técnica que se realizaría en Guatemala o México, el 28 de diciembre, entre autoridades de Ecuador, Colombia, México, los países del Istmo y Estados Unidos, naciones que recorren los cubanos.
Según datos de la Dirección de Migración, al 19 de diciembre se habían otorgado unas 7.500 visas de tránsito a los migrantes.
Mientras, poco más de 800 cubanos esperan ese mismo permiso para ingresar al país desde Paso Canoas, frontera con Panamá.
Dadas las visas a esos migrantes, el país no otorgará más permiso y deportará a los ilegales.