Algo raro sucederá hoy en la Asamblea Legislativa: cinco diputados estarán reunidos desde buena mañana un sábado para debatir sobre el plan de presupuesto 2015 y, entre ellos, estarán dos figuras claves que no se hablan: los oficialistas Ottón Solís y Víctor Morales Zapata.
Parece un duelo entre la posición de austeridad radical representada por Solís y la pretensión del Gobierno de tener dinero para lograr una meta llamada “recuperar el Estado social de derecho”, a pesar de la presión fiscal.
No prosperó el intento de Solís de evitar que Morales Zapata llegara a la subcomisión de Asuntos Hacendarios, que ve el presupuesto. Ahí estará hoy el protagonista de un conflicto en la campaña electoral del Partido Acción Ciudadana (PAC) y hombre de confianza del presidente Luis Guillermo Solís, quien ayer celebró su presencia en la subcomisión y negó haber intervenido para que ello ocurriera.
La apelación de Ottón Solís fue rechazada por el presidente legislativo Henry Mora, y así se hizo efectiva la llegada de Morales Zapata a la silla que, en Hacendarios, le corresponde al legislador Abelino Esquivel (Renovación Costarricense), quien la cedió al oficialista alegando que este fin de semana dedicará tiempo a su familia.
Aunque no ha seguido la discusión técnica sobre el presupuesto, Morales aceptó ocupar uno de los cinco puestos en la subcomisión, que tiene plazo hasta el miércoles para pasar una resolución a la comisión de Asuntos Hacendarios. Esta, a su vez, deberá dar un dictamen al plenario, que tiene hasta el 30 de noviembre para votar el plan de gastos del Gobierno.
El Ejecutivo envió al Congreso un proyecto presupuestario de ¢7,9 billones, considerado excesivo por Ottón Solís, quien prometió reducirlo y propone recortes tajantes por unos ¢307.000 millones.
Lucha de palabras. ¿Cómo quedará ese presupuesto? Dependerá de la negociación legislativa, incluido el debate de hoy y mañana, cuando Víctor Morales y Ottón Solís se sienten, como rivales, aunque intenten dedicarse buenas palabras.
No siempre lo logran: “Está en campaña mediática para ser el líder del recorte del presupuesto”; “maneja dos discursos”; “no es riguroso en sus propuestas”, son solo tres de las frases que Morales usó ayer en una breve entrevista con este medio para referirse a Solís, de quien antes había dicho que se portaba como “el más neoliberal”.
“Desconozco por qué Ottón no me quiere en ningún lado”, agregó sobre el fundador del PAC, quien en la campaña lo cuestionó por razones éticas y le exigió su renuncia.
Él no renunció, quedó electo diputado y hoy ambos se sentarán juntos en la subcomisión.
Morales insiste en que no está como enviado del Gobierno. “Yo vengo aquí por un acto maravilloso: un acto de confianza de mi compañero Abelino. No vengo por mandato de mi amigo el presidente, ni estoy coordinando con él nada”.
Sobre eso, el mismo Morales admite que es difícil de creer y, al menos Ottón Solís, no tiene dudas.
Lo subraya al citar lo dicho por Morales en entrevista con Diario Extra : “es el diputado que saluda de beso al presidente”.