La Comisión de Asuntos Hacendarios aprobó anoche un dictamen de mayoría que recortaría en poco más de un 1% el Presupuesto Nacional para el 2015, propuesto por el gobierno de Luis Guillermo Solís.
Las reducciones suman ¢97.000 millones, en un plan de gastos que alcanza los ¢7,9 billones y que crecía cinco veces más que la inflación, frente al del 2014.
Los recortes recaen sobre partidas como viajes, viáticos, horas extra, anualidades, consultorías, mantenimiento, materiales, alimentación y maquinaria.
Estos fueron propuestos por el Gobierno ante la exigencia de los diputados, los cuales, a su vez, introdujeron algunos cortes como ¢1.400 millones menos para el Fondo Nacional de Becas (Fonabe).
Adicionalmente, los legisladores avalaron posponer, para el 2020, el pago de ¢100.000 millones a los acreedores de bonos de deuda pública que se vencen el otro año. Para ello, el Ministerio de Hacienda deberá negociar un canje con los tenedores de los certificados.
Esa fue una salida que propuso el Ejecutivo para evitar mayores disminuciones a gastos directos.
Por último, la comisión aprobó una norma presupuestaria que obliga a las instituciones a utilizar sus recursos ociosos para financiar gastos, lo que podría generar otro ahorro de ¢100.000 millones.
El dictamen de mayoría contó con el voto de ocho diputados: Ottón Solís y Epsy Campbell, de Acción Ciudadana (PAC); Rolando González, Paulina Ramírez y Olivier Jiménez; de Liberación Nacional (PLN); Rosibel Ramos y Johnny Leiva, de la Unidad Social Cristiana (PUSC); y Abelino Esquivel, de Renovación Costarricense.
Votaron en contra tres congresistas: Marco Vinicio Redondo, del PAC, quien defendió la posición del Gobierno, y José Ramírez y Gerardo Vargas, del Frente Amplio.
Vargas anunció que impulsarán un dictamen de minoría con recortes por ¢41.000 millones, pues creen que un monto mayor afectará los programas sociales del Gobierno.
En la discusión del Presupuesto surgieron propuestas de recortes hasta de ¢350.000 millones (4,4% del plan) por parte de Ottón Solís, del PUSC, de la Contraloría y del Movimiento Libertario.
Anoche, Solís dijo que el recorte del 1%, si bien no es lo que él quería, es un paso para aliviar el déficit fiscal, el cual estima bajará en 0,33%.
El debate surgió en momentos en que el faltante fiscal alcanzaría el 6,7% del producto interno bruto (PIB) y en que el país fue castigado en su calificación crediticia a nivel internacional.
Ahora, el Presupuesto pasará al plenario, donde se debe aprobar, a más tardar el 29 de noviembre.