La Dirección General de Migración y Extranjería perdió a su directora, Kattya Rodríguez, justo en medio de la crisis migratoria que azota a la región.
Rodríguez se desempeñará como la cabeza de Migración hasta fin de mes, pues deberá regresar a su cargo en la Defensoría de los Habitantes.
Esta institución reclamó la plaza de Rodríguez, por lo que la funcionaria debe volver al área de Niñez, donde tiene su puesto.
De lado quedará el apoyo de Rodríguez a la Cancillería en la coordinación del trabajo de contención de la ola migratoria de cubanos y africanos, que presiona a las autoridades migratorias de Centroamérica, Panamá, Colombia y Ecuador.
El canciller de la República, Manuel González, dijo a La Nación que no se referirá a la salida de Rodríguez, pues no es su subordinada. Sin embargo, comentó que hay un intento porque se quede en el cargo.
En la Defensoría de los Habitantes aún no hay respuesta sobre las razones para llamar a Rodríguez a su plaza.
Mientras tanto, en la Dirección General de Migración no hay respuesta. La oficina de prensa de la institución remitió la consulta al Ministerio de Gobernación y Policía.
Este diario consultó antes del mediodía a la viceministra Carmen Muñoz, quien es la superior directa de Rodríguez, sin embargo a esta hora no hay respuesta de parte de su oficina de prensa.
La salida de Rodríguez, sin anuncio ni prevención, deja más preguntas que respuestas de cara a la crisis migratoria que inició el 11 de noviembre pasado.
A esta hora no se sabe quién reemplazará a Rodríguez y ella se encuentra de vacaciones esta semana.
Rodríguez ha sido cuestionada en el pasado por los débiles controles migratorios del país.
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En 2015, estas debilidades quedaron evidenciadas con el ingreso y salida de cinco ciudadanos sirios, que ingresaron con pasaportes falsos a Costa Rica y fueron detenidos en Honduras.
Rodríguez debió dar explicaciones a los diputados por el escándalo que generó este caso, pues fue hasta en Honduras que se detuvo a cinco de los sirios –que pretendían llegar a EE. UU.– y se determinó que usaron pasaportes falsos griegos.
“Costa Rica tiene un sistema medio” de seguridad en revisión de pasaportes, dijo Rodríguez el 14 de enero pasado ante la Comisión de Narcotráfico, que la llamó a cuentas por el caso de los sirios.
La entrevista con los diputados se dio en medio de la atención de la crisis de los migrantes cubanos, en la que más de 7.800 isleños quedaron varados en el país en su paso hacia Estados Unidos.
Una vez controlada la entrada de cubanos, en marzo pasado, se desató la llegada sin controles de africanos sin documentos a la frontera con Panamá.
El coyotaje y la corrupción, en torno al tráfico de personas, dan problemas no solo al gobierno de Luis Guillermo Solís, sino a la región mesoamericana.
La crisis llegó a un punto en que el gobierno de Panamá decidió cerarr su frontera con Colombia, en vista de las restricciones de Costa Rica y Nicaragua.
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Era en esta labor donde la directora de Migración tomaba protagonismo en las reuniones técnicas a nivel internacional.
La abogada, quien jefea la dirección de Migración desde el 2010, ya había tenido un altercado en el 2012, cuando sin mayor explicación, el entonces ministro de Seguridad, Mario Zamora, la había enviado cuatro meses de vacaciones.