Después de días de polémica, el Gobierno apartó al ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, del caso o affaire Brasil, que tiene su raíz en la decisión del presidente Luis Guillermo Solís de retirarse del plenario de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para no escuchar el discurso de su homólogo brasileño, Michel Temer.
Este martes, en declaraciones a Noticias Monumental, el ministro Herrera afirmó que, por decisión del Gobierno, a partir de ahora, el único vocero sobre el caso Brasil será el canciller, Manuel González.
“El vocero que hemos designado es el señor canciller y eso es todo lo que tendría que decir al respecto”, repitió Herrera en múltiples ocasiones.
La semana pasada trascendió que Herrera descompuso la relación con algunos diputados del PAC al criticar la filtración de un chat de la aplicación WhatsApp, en el que afirmaba que la intención de Solís al abandonar la ONU fue “tensar un poco” la relación con Brasil.
Después, La Nación confirmó que el jerarca amenazó con consecuencias penales a los diputados tras la filtración.
Ayer mismo, el ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, asumió una posición tan esquiva como la de Herrera, cuando la prensa le consultó en múltiples ocasiones por qué el Gobierno decretó reserva sobre 12 memorandos elaborados en la embajada de Costa Rica, en Brasilia.
Los documentos versan sobre la crisis política en Brasil en torno al juicio político contra la exmandataria Dilma Rousseff.
Una y otra vez Alfaro refirió a la prensa a consultarle a la Cancillería sobre esa decisión.
Además, se negó a entrar en más detalles, pero desmintió que su actitud fuera a causa de una directriz presidencial.
Pese a que avaló la decisión de la Cancillería para echar el manto de la reserva sobre los informes de la embajada en Brasilia, el ministro de la Presidencia dijo que no hay razón para temer que, con la revelación de su contenido, se atilinten las relaciones con los brasileños.