Política

Elección municipal activa los fichajes de políticos

Pérdida de peso de partidos, luchas internas y ‘boom’ de fuerzas cantonales

A veces cansa la comparación de la política con el fútbol, pero, a veces, resulta la mejor manera de explicarla y esta es una de esas: los partidos están en temporada de fichajes y el amor a la camiseta está a la baja.

Las elecciones municipales, que se avecinan, abrieron como nunca antes las puertas entre partidos, para que los políticos se coloquen una u otra bandera según convenga, sin importar demasiado si la agrupación es grande o apenas debuta, como muchos de los 86 grupos inscritos para este proceso.

El caso de Johnny Araya es solo un ejemplo. El Partido Liberación Nacional (PLN) le cerró las puertas a su excandidato presidencial y él fichó con Alianza por San José, de alcance cantonal, pero igualmente útil para intentar ganar la Alcaldía de San José.

Y así hay muchos. Algunos incluso son alcaldes y pretenden reelegirse, pero con otros colores. Es el caso de Néstor Mattis (Limón), quien pasa del PLN al Auténtico Limonense o de Gilberto Monge, quien también abandona a los verdiblancos y se suma a Nueva Generación (PNG).

Resulta imposible medir el tráfico de políticos entre las decenas de miles de candidaturas que se prevé peleen por los 6.069 cargos municipales en juego, para las elecciones del 7 de febrero del 2016.

Además del boom de partidos cantonales por las facilidades legales para fundarlos, las agrupaciones parecen no tener demasiados requisitos para recibir caras nuevas, aunque hayan estado vinculadas por años a otras agrupaciones.

Se suma el crecimiento de la deslealtad partidaria medida por los estudiosos, la pérdida de importancia de los partidos frente al candidato y también la existencia de agrupaciones de corte ideológico semejante.

Pequeños cambios. Por ejemplo, hay varios dirigentes que han salido del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) para ir al Republicano Social Cristiano, liderado por el exmandatario Rafael Ángel Calderón.

Esto ocurrió, por ejemplo, con Douglas Altamirano, que dejó el PUSC y ahora aspira a la Alcaldía capitalina con el Republicano. También está el caso del regidor de Abangares, Fernando Jiménez.

Y como otros partidos, el PUSC también recibe nuevas “contrataciones”. Una de ellas es el regidor griego Juan José Alvarado, candidato a alcalde rojiazul después de su paso por el Partido Acción Ciudadana (PAC).

“Renuncié al PAC porque los principios ya no eran los mismos. En lo municipal, me sentí muy abandonado por el Partido. Cuando llegaron los ‘progres’ me aparté del Partido sin aspirar más. Hubo un viraje ideológico grande”, justifica Alvarado tras lamentar la pérdida de influencia de Ottón Solís.

Ahora va con el PUSC por la Alcaldía frente a otros seis de otros partidos. “Nunca ha habido tantos”, cuenta como podrían contar muchos otros en el resto de cantones del país.

El vaivén no discrimina. El Frente Amplio suele tener militantes más comprometidos, pero tampoco se salva. Julio Sánchez prefirió irse al Partido Verde Ecologista para optar por la Alcaldía de Paraíso.

Y claro que esta agrupación también tiene nuevos aspirantes. El folclorista y cantautor Dionisio Cabal se postula en Escazú, después de haber sido candidato a la vicepresidencia y a diputado con Alianza Patriótica.

“Yo no soy militante de Frente Amplio, pero el Partido ha sido generoso conmigo y decidí aceptar dar esta lucha por mi pueblo”, explicó el aspirante.

Así lo cuentan otros también: dar la lucha por el pueblo y no por una bandera política, por más conocida que parezca.

Ganar y ganar. El PLN, tradicional como ningún otro y casa de peleas internas, lo ve claro. “ Toman el camino fácil de abandonar el Partido. Respetamos a esos que se han ido a partidos pequeños o poco representativos, pero no creo que sea políticamente adecuado”, dijo el secretario general, Fernando Zamora.

Adecuado o no, muchos sí lo ven conveniente. Para los políticos, es una manera de postularse sin tener que vencer en las batallas internas y los partidos pueden salir ganando con el eventual arrastre que les dé una figura conocida. Es decir, un candidato famoso en su pueblo podría beneficiar a quienes se postulan para cargos de regidor o síndicos.

Esto no ocurría en tiempos de bipartidismo o de elecciones municipales supeditadas a las nacionales, señala Otto Guevara, quien ha visto a varios dirigentes tirar la toalla libertaria también.

Tal el caso del regidor en San Rafael de Heredia, Carlos Rodríguez o el actual alcalde de Valverde Vega, Luis Antonio Barrantes, quien mira a otros colores, pero para aspirar nuevamente a diputado en el 2018.

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