Una amplia mayoría de los países que componen la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) colocó en este organismo a la costarricense Elizabeth Odio Benito, reconocida jurista, defensora de los derechos de las mujeres y activista contra la violencia sexual.
Con 20 de los 23 votos posibles, Odio Benito se convirtió este martes en la única mujer que ocupará, en el periodo 2016-2021, una de las siete sillas de este tribunal, que tiene rango superior sobre las leyes nacionales en materia de derechos humanos.
Ella será, además, la tercera costarricense en la historia de la Corte, después de Sonia Picado y el actual juez Manuel Ventura, quien dejará el cargo este año.
El presidente Luis Guillermo Solís y el canciller Manuel González celebraron el éxito de la postulación de la exvicepresidenta (1998-2002), exprocuradora y exministra de Ambiente y de Justicia.
Además de ser una candidata “de lujo”, con una robusta preparación y trayectoria, se presentaba como la única mujer en esa Corte y también la única procedente de Centroamérica.
Odio, de 74 años, asumirá el cargo por seis años, a partir del 1.° de enero del 2016, con posibilidades reglamentarias de ser reelecta por otro plazo similar, como ocurrió con Ventura.
En la votación secreta realizada en la Organización de Estados Americanos (OEA), también fue reelecto el juez chileno Eduardo Vio Grossi y, como nuevos jueces, el argentino Eugenio Raúl Zaffaroni y el ecuatoriano Patricio Pazmiño.
Experiencia. La Corte IDH, con sede en San José, recibirá a una jurista con experiencia en sistemas internacionales, pues Odio fue jueza de la Corte Penal Internacional y del Tribunal para juzgar los crímenes de la antigua Yugoslavia (1993-1998).
Además fue relatora especial de la subcomisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas contra la discriminación en materia de religión y creencias.
Odio es más que una jurista connotada. Es defensora de los derechos de las mujeres, activista contra la violencia sexual y sigue algunas ideas distintas a la doctrina de religiones mayoritarias.
Por ejemplo, este martes reiteró, en videoconferencia desde Washington, su llamado para que Costa Rica cumpla la sentencia emitida por la Corte en el 2012, por la prohibición de la fertilización in vitro (FIV).
Aunque no puede intervenir en las posiciones del Estado costarricense, la jurista subrayó que la legitimidad de la Corte IDH se sustenta en que los países que reconocen su competencia cumplan las resoluciones que emite.
En el 2003, Costa Rica sí acató otra condena por violaciones a las garantías jurídicas del periodista Mauricio Herrera, entonces reportero de La Nación y actual ministro de Comunicación.
Sin embargo, el país se mantiene en deuda con la habilitación de la FIV, una forma de fecundación rechazada por la Iglesia católica y organizaciones cristianas evangélicas, lo que incide en la postura de diputados locales.
Odio apoya la legalización de formas de familia no tradicional, como lo reiteró en una reciente entrevista publicada en el diario digital CRHoy . “Creo que en este país hay mucho racismo, antisemitismo, y nos hemos visto envueltos en problemas de xenofobia y homofobia (...). El concepto de familia hoy es muy diferente del que había hace 50 o 60 años”, expresó Odio en ese entonces.