Solo la mitad de la población electoral del país incluye entre sus planes acudir el domingo 2 de febrero a una escuela y hacer una fila corta para marcar con “X” dos papeletas que sirvan para elegir quién gobierne y quién legisle el país entre el 2014 y el 2018.
La más reciente encuesta de Unimer contratada por este diario indica que solo el 49% irá a votar. O dicho en negativo: a cinco meses de la elección, la mitad de los electores podrían abstenerse de hacerlo.
Así se expresa un electorado que se caracteriza por la indiferencia y la desilusión, pues solo el 16% de los entrevistados contestó que tiene entusiasmo por el proceso electoral que comenzará de manera oficial este 2 de octubre.
La cantidad de personas dispuestas a votar es igual a la que se presentaba en la encuesta realizada en junio, aunque dentro de ese grupo ahora son más los que ya tienen un candidato favorito: un 34% del total de la muestra, cuatro puntos más que tres meses atrás.
Este rubro, a estas alturas, era de un 38% para los comicios del 2006 y del 25% para los del 2010.
Los votantes decididos y con candidato preferido forman parte del 49% que consideran acudir a las urnas. El resto lo constituye el 15% de personas que pretenden ir a votar pero aún no tienen preferencias por un candidato.
En el abanico de opciones sobre participación electoral están los de la “zona media”: el 19% de la muestra total que expresa dudas de si ir a votar o no, con el argumento de que no tienen certeza sobre el candidato idóneo.
Luego siguen los que ven poco probable participar en las elecciones y después quienes tienen decidido no participar: el 23%. De esta última cifra, un 17% son los abstencionistas “duros”, pues su posición contra el voto es irrevocable, sin importar qué ocurra en estos cinco meses.
Abstencionismo de 30 y 40. Los electores más dispuestos a votar son los hombres, mayores de 50 años, con estudios universitarios, residentes de zonas rurales y quienes en el 2010 votaron por Ottón Solís, candidato del PAC.
Los más dubitativos son sobre todo jóvenes menores de 30 años y quienes no votaron en los comicios del 2010, quizá porque no eran aún mayores de edad.
En el lado de los abstencionistas, la tendencia es mayor entre los treintañeros y los cuarentones, los de menos nivel educativo y, como es de esperar, quienes en este momento no simpatizan con ningún partido político.
Un 54% de los encuestados se declara sin partido, siete puntos más que en la encuesta de junio.
Cuando se le preguntó a los abstencionistas por qué no votan, la principal razón es la desconfianza en los políticos, seguida de la decepción por promesas incumplidas y, en tercer lugar, la inexistencia de un candidato que despierte su interés.
Para el momento de la encuesta había 12 aspirantes presidenciales, pero ninguno satisfacía.